La Lengua Etrusca

La inscripción de la estela de Perugia

Se trata de una de las inscripciones más importantes del corpus etrusco, tanto por su extensión como por su integridad, pues es de las más completas y legibles entre las inscripciones extensas.

Está inscrita en una estela o cipo de piedra, por las dos caras, y fue hallada en 1822 en una colina cercana a Perugia (la antigua Perusa, situada en la Umbría y en la frontera de la Etruria o Toscana, a orillas del Tíber superior y no lejos del lago Trasimeno).

La inscripción de la "cara A", la más extensa, que es de la que nos ocupamos aquí, se despliega en veinticuatro líneas escritas de derecha a izquierda; la "cara B" tiene a su vez veintidós líneas de texto. Desconocemos el contexto arqueológico en que apareció y los criterios generales que se han utilizado para datarla entre finales del siglo III y principios del s. II a.C. (de hecho, por criterios estrictamente paleográficos, nos parece que la inscripción podría haber sido hecha perfectamente entre los siglos IV y III a.C. o incluso antes, aunque no más allá del s. IV a.C. seguramente).

Hemos estudiado exclusivamente la "cara A", y dejamos a otros la comprobación y aplicación de nuestras conclusiones en la "cara B", a fin de conseguir una mayor objetividad metodológica. Con todo, es muy posible de que se trate en realidad de inscripciones independientes, o en todo caso autónomas, pues el texto de esta "cara A", como veremos, tiene sentido completo y contextualmente cerrado.

Nuestro punto de partida ha sido la hipótesis de que la lengua de este texto es indudablemente indoeuropea, del grupo itálico, hipótesis que creemos plenamente confirmada por los análisis que siguen.

Hemos trabajado sobre fotografías y facsímiles diversos, pues no hemos tenido ocasión de ver personalmente la estela (conservada en el Museo de la Umbría). Para mayor comodidad expositiva y de trabajo, hemos invertido el facsímil de la inscripción, de manera que el texto y las palabras puedan leerse en el sentido habitual de las escrituras occidentales modernas (de izquierda a derecha). En los facsímiles marcamos con una pequeña X colocada bajo determinados signos aquellos que presentan una lectura dificultosa.


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Estela de Peruggia

Estela de Peruggia Estela de Peruggia

ANÁLISIS PALEOGRÁFICO Y FONÉTICO

El alfabeto es de tipo helénico occidental evolucionado, y consta de 18 signos simples y más de media docena de signos de doble grafía con valor fonético propio (hay además dos signos numerales gráficos). El valor fonético de la mayoría de los signos simples, en más de 2/3 del total, es el que tendrían en el alfabeto griego originario y en el llamado "alfabeto etrusco común (o general)", pero hay por lo menos media docena de esos signos simples, y casi todos los demás signos dobles, que parecen tener valores innovados propios y exclusivos de este texto. Son precisamente esos valores hipotéticos propios, a los que hemos llegado después de no pocos tanteos e hipótesis combinatorias posibles, los que nos han permitido una transcripción bastante fiable y sobre todo una vía relativamente segura para la interpretación y "traducción" del texto (en las tablas gráficas expositivas marcamos con una flechita roja, por fuera de la caja, estos signos innovados).

El cursus o sentido de la escritura es de derecha a izquierda, y así lo transcribimos en su sentido recto (pero damos también, para facilitar la exposición, una transcripción inversa de los signos y palabras, en el sentido de nuestra escritura, e.e., de izquierda a derecha). La separación de palabras en el texto viene marcada a veces (no siempre) por el punto gráfico separador ( · ).

El sistema fonológico de la lengua de este texto parece en principio muy cercano, en líneas generales, al de la lengua latina clásica:

  • Cinco vocales (a, e, i, o, u), largas y breves; de las largas sólo la A se marca con doble grafía (AA), y la I larga parece tener su signo propio.
  • Ocho diptongos (ai, ei, oi, ui, au, eu, iu, ou).
  • Dos semiconsonantes: i =[ y ] , u =[ w ] , con grafías variadas.
  • Las oclusivas presentan un subsistema similar al latino en líneas generales; de las oclusivas labiales sólo tenemos registrada sin ninguna duda la /p/ sorda y la /f/ aspirada (no se encuentra la /b/ sonora, que probablemente se representaba con la misma grafía de la sorda); no obstante, la grafía de las labiales /p/ y /m/ varía según el sonido vocálico que las sigue (pa, mu); de las velares tenemos la sonora /g/ y la sorda /k/, representadas en principio por la misma grafía, pero con variación gráfica en el caso de la labiovelar no se encuentra la aspirada en la serie velar; de las vocales dentales tenemos grafías para la sorda /t/ y la aspirada /th/; no se encuentra la sonora /d/ en este texto, pero hay duda de si se empleaba para notarla el mismo signo propio para la R , dado su parecido gráfico en los alfabetos griegos occidentales, de manera que es posible que D y R se distinguiesen a veces sólo por posición; hay varios ejemplos sistemáticos de disimilación y de asimilación gráfica de la -M final de palabra ante -M o -N inicial de la palabra siguiente, respectivamente.
  • Las líquidas y nasales y la vibrante simple (/l/, /m/, /n/, /r/) aparecen representadas con su grafía helénica respectiva.
  • La sibilante /s/ presenta dos grafías distintas: una para la [ s ] sorda y otra para la [ z ] sonora (no hay ejemplos claros de rotacismo o conversión intervocálica s > z > r , pues los únicos dos casos aparentes parecen ser dos préstamos lingüísticos de origen griego con r originaria: lare- y laro.
  • Hay algún ejemplo más o menos claro de palatal africada sonora y quizá tengamos también un sonido palatalizado en el grupo interior TT =[ t·tj ].

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Alfabeto etrusco

 

Grupos gráficos

 

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                           TRANSCRIPCIÓN PROVISIONAL


             1            EU [  ] T·TANNA· LARELIU [  ] -

            2            A_GNEWAYR LAUTN· FELOINAM E-

            3            M_TLAAMUNAM SLELEOZA_RU-

            4            TELIAN MUMLERI TESN_MTEIM

            5            RAMNEM_ IKA_AGNATHEN_NAKER

            6            XII FELOINA( ) OURAM ARAMKE

            7            RAM_ZEGNUL_GNL_ES_CULLIU_ZI EN

            8            ES_ZI EK IULARU

            9            AULEMI· FELOINAM_ARLINALCL

           10           ENMI· II· OILMCUNA· ZENU· E-

            11           K_L MELIZLARO_ALMAMUNEM

            12                                                         ZLENOUNYUL_OE

            13           PALAM· YIEKN· MUMLE· FELOINA-

            14           THIN_OAZA_GEGNU_NIZLEI GNASU

            15           NAKER· MRAN_ZLILO PALMTI· F-

             16          ELOINATHUI· NAKER· GENELIM

            17           GNASU· AZNINA· ZLEL·AMUNA_FEL-

            18           OINA_GN_LERLINIA· INTEKN_AGNE

            19           R· ZNL· FELOINA· LIIA MATENE

           20           TESNE· EZA· FELOINA_OURAMO

            21           AURATHELU_TESNE RAMNE_ZEI

           22           TESN_MTEIM RAMNEM YIKNOMK-

           23           E_LOUIAM_CUN·AAMUN_AGNENA-

           24           THEN· NAKER· ZI ZNL_THAREUIUME


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ANÁLISIS MORFOSINTÁCTICO Y SEMÁNTICO

Sobre la base de esta transcripción provisional, que deberá ser confirmada y consolidada en su validez más o menos definitiva por el propio análisis del texto, en la medida en que con dicho análisis se evidencie la recíproca interrelación y coherencia interna entre los diversos planos o niveles textuales (fonético, morfológico, sintáctico y semántico), y siempre desde la hipótesis básica de que estamos ante una lengua indoeuropea e itálica, el primer paso es tratar de segmentar el texto en oraciones, frases y unidades textuales amplias de sentido completo.

Parece claro que la primera de estas principales unidades autónomas de segmentación ha de extenderse necesariamente desde el inicio de la línea 1 del texto hasta la línea 8 como máximo, pues ésta última termina o se interrumpe gráficamente en la mitad de su respectivo renglón. Dentro de este segmento amplio de siete líneas y media, aún es posible segmentar de modo hipotético y provisional una primera unidad oracional o fraseológica menor, que incluiría al menos las cuatro primeras líneas del texto, pues la quinta línea comienza por una palabra o posible partícula (RAM-) que encontraremos repetida dos líneas más abajo, en el inicio de la línea 7, y en principio nos ha parecido verosímil conjeturar que ambas supuestas "partículas" pudieran ser introductorias de sendas oraciones secundarias o complementarias de la principal.

Tendríamos, pues, una hipotética primera oración completa en las cuatro primeras líneas del texto (desde EU...hasta MITEIM), con un total de una docena aproximada de palabras, algunas de ellas distinguidas por el punto diacrítico separador ( · ) o por un leve espaciamiento gráfico con respecto a la que le precede o a la que le sigue (aunque esa separación no es siempre distintivamente relevante a lo largo del texto), o bien, simplemente,por la propia necesidad de considerar separados en palabras distintas algunos grupos de letras mínimamente articulables y pronunciables.

Hemos puesto entre corchetes las letras que, siendo del todo ilegibles en la inscripción, son sin embargo hasta cierto punto reconstruibles mediante cierta aproximación fonomorfológica y paleográfica, y hemos añadido entre paréntesis algunas letras convencionales a determinadas palabras (de forma puramente aproximativa y provisional para facilitar la propia exposición), al objeto de poder articular algunas grafías consonánticas que parecen tener valor silábico de articulación epentética en determinados lexemas. También es convencional aquí el guión separativo gráfico ( - ) con el que pretendemos indicar que en principio no está todavía claramente determinada la separación y distinción entre algunas palabras. Y retranscribimos asimismo, por necesarias consideraciones fonomorfológicas, la -n final de determinadas palabras, representándola como -m, en aquellos casos en que parece evidente una posible disimilación gráfica de -m final ante la m- inicial de la palabra siguiente por motivos de percepción fonética y de distintividad gráfica (RUTELIAM y TESM por RUTELIAN y TESN del texto original), una disimilación sistemática de la que encontraremos algunos otros ejemplos confirmatorios a lo largo del texto. El esquema de análisis morfosintáctico de esta primera oración, según veremos, quedaría hipotéticamente como sigue (abreviaturas: S = Sujeto; CN = Complemento Nominal; CD = Complemento Directo; CI = Complemento Indirecto; CC = Complemento Circunstancial; V = Verbo):

Esquema de análisis morfosintáctico

Tres son aquí las palabras-clave que han orientado nuestro análisis provisional y que nos han permitido una primera aproximación al sentido general de esta frase inicial y una vía relativamente segura para adentrarnos en la interpretación general de todo el texto de la inscripción: FELOINAM, MITEIM y EU.

La palabra FELOINAM aparece ocho veces a lo largo del texto (y declinada por lo menos en cuatro posibles casos distintos), por lo que constituye una de las palabras clave para interpretar las diversas oraciones y el sentido textual general de todo el conjunto. En algún otro lugar hemos leído transcripciones e interpretaciones de esta palabra que a nuestro entender nos parecen claramente erróneas: p.e. FELTHINA, o VELTINA. Como ya se ha visto en la transcripción alfabética provisional, el signo O  es una ómicron griega [ o ] , no una theta [ th ] , pues este último fonema tiene en esta inscripción su signo propio ( ). No sirve, por tanto, que "en otras inscripciones etruscas" la grafía O  (sin signo diacrítico, pero también con él: O, O, O, O ) pueda corresponder sistemáticamente a la theta del alfabeto helénico calcídico (en el que al parecer se basa originariamente el alfabeto etrusco más o menos común). Porque aquí es evidente que se trata de una ómicron (= o), y no sólo por la existencia en esta inscripción de una grafía propia para la theta ( =th), sino también por la propia frecuencia con que esta ómicron aparece en el texto y por la propia combinatoria fonética de las demás letras de las palabras en que aparece; así, p.e., una palabra como ,  en la línea 22, que transcribimos como YIKNOM-KE (="y un caballo"), resultaría ininteligible y del todo impronunciable si diésemos al signo O un valor TH: *YIKNTHM-KE. Por otro lado, razones de tipo semántico (relativas a su significado más probable, como en seguida se verá) nos hacen preferir un valor fonético [ f ] para la digamma inicial de palabra, en lugar de [ v ] o [ w ], que es el valor que parece tener en otras posiciones, como ya se ha adelantado en el análisis alfabético y paleográfico. Por ello la lectura FELOINA nos parece preferible a una lectura VELOINA, por más que desconozcamos todavía los detalles y matices fonéticos y los diversos tratamientos gráficos de las labiodentales en etrusco.

Semánticamente la hemos relacionado con la palabra latina flia (="hija"), de una raíz indoeuropeo-itálica característica (distinta de la utilizada en el resto del indoeuropeo occidental para el término "hija"), aquí con un sufijo -ina femenino que encontramos también en latín, en griego y en otras inscripciones y topónimos etruscos. En una inscripción procedente de Sarteano (Siena),  grabada  y  pintada  en  un  sarcófago  femenino  del siglo II a.C.,   se lee  la palabra  filiania (), que parece más próxima ya al latín (aunque todavía con sufijo -nia palatalizado); en las primeras líneas de la menos extensa de las láminas de oro de Pirgi leemos (probablemente una forma de acusativo plural); en otra inscripción de una estatuilla hallada en Montecchi Vesponi, leemos FELIAM (o FELIAS), y en otras inscripciones funerarias se encuentra FE o FEL (probablemente como abreviaturas gráficas de esta palabra).Todas estas variantes serían una evidencia más de las diferencias dialectales y cronológicas existentes en la lengua etrusca de las distintas inscripciones conservadas.

Aquí la palabra FELOINAM presenta lo que parece ser una inequívoca terminación de "acusativo"singular femenino (-am), similar a la de los nombres y adjetivos femeninos de la primera declinación latina y griega y presente también en otras lenguas indoeuropeas, lo que en principio -como posible acusativo propiamente dicho- nos lleva a considerar la posibilidad de que su función sintáctica en esta frase pudiera ser la de un Complemento Directo (CD) de un verbo necesariamente transitivo; su significado aproximativo sería: "...a la hija" o "...a una hija de..."; sin embargo, tenemos que anticipar (y enseguida lo veremos) que en esta oración la palabra FELOINAM más bien funcionaría sintácticamente como un Complemento Indirecto (quizá en una construcción de doble acusativo, o tal vez con una desinencia común para el acusativo y dativo singular). Las demás palabras de esta primera oración que presentan también una terminación -am parece que deben conectarse sintácticamente con este mismo núcleo nominal.

La búsqueda de un verbo transitivo con flexión propiamente indoeuropea no resulta ciertamente difícil, pues en el final de la cuarta línea podemos reconocer una posible forma verbal M(I)TEIM, con desinencia típicamente indoeuropea para las primeras personas del singular en determinados tiempos verbales: -m (esta misma palabra, con carácter cuasiformular, la encontraremos repetida en la línea 22). El hecho de que aquí sea además la última palabra de esta supuesta primera oración, podría ser también otro indicio de su posible carácter verbal, pues es bien conocida en los idiomas indoeuropeos antiguos la tendencia general (no estrictamente "regla gramatical") a colocar el verbo principal al final de la frase, al menos en la lengua escrita (quizá debido también a la propia imprecisión de los sistemas gráficos de puntuación en las lenguas antiguas escritas y a necesidades gramaticales de distintividad). El significado de este supuesto verbo MITEIM, con la ayuda comparativa del latín, resultaría por lo demás bastante transparente, ya que es fonéticamente relacionable con el verbo latino mittere ("enviar", "transmitir", "hacer ir", "destinar", "mandar", "dejar", etc): mitto (1ª persona de singular de presente indicativo activo); mittem (1ª pers. sing. de presente subjuntivo activo); mittam (1ª pers. sing. de futuro imperfecto de indicativo activo). Aquí, como veremos por el propio contexto (que parece ser de tipo testamentario), su significado derivado sería más bien "dejar", "destinar", "mandar", "legar": "(yo) dejo", "(yo) lego", etc. Y si, como en principio parece, se trata de un tiempo verbal de presente, parece claro también que su sentido no sería durativo ni puntual, sino más bien perfectivo (="tengo dejado a ...", "he dispuesto dejar a ..."), sin excluir un sentido pro-futuro (="voy a dejar a ...") ni desechar tampoco, de momento, que pudiera tratarse de una forma de pasado. Hay que señalar también, como en seguida se verá, que este verbo aparentemente se construye aquí con doble acusativo (para el complemento indirecto de persona y para el complemento directo de cosa), a diferencia del verbo latino mittere, que construye con acusativo el CD y con dativo (o ad + acusativo de dirección) el destinatario o el lugar al que se dirige la acción verbal; dado el sentido derivado que aquí parece tener este verbo (="dejo", "lego", "mando"), no resultaría tan extraño el uso del acusativo doble (recordemos que también el latín emplea el doble acusativo con determinados verbos, p.e. docere "enseñar", y a veces -p.e. en algunas acepciones específicas del verbo dare, "dar"- utiliza incluso el doble dativo); de todas formas, para explicar esta aparente anomalía de un "acusativo" funcionando sintácticamente como C.I., no nos ha parecido necesario recurrir todavía a explicaciones propiamente morfológicas: p.e., a esa extendida hipótesis de algunos etruscólogos según la cual el etrusco de determinadas épocas o fases cronológicas debía de carecer del caso "dativo" en la declinación (cuyas funciones podían ser asumidas también por el propio acusativo, según los casos). Así pues, en principio trabajamos con la hipótesis de que la palabra FELOINAM y sus términos adyacentes constituirían el complemento indirecto de este supuesto verbo MITEIM.

El sujeto de esta frase transitiva (y en cierto modo la palabra que confirma a MITEIM como verbo) lo tenemos casi con toda seguridad en la primera palabra de la frase (EU), que sería la forma etrusca (o al menos la de la variante dialectal y cronológica del etrusco de esta inscripción) del pronombre personal de primera persona del singular en nominativo-sujeto (="yo"), muy persistente en todo el indoeuropeo (lat. ego; griego eg). Esta forma etrusca la encontramos también en la quinta palabra de la cara A del conocido "Plomo de Magliano" (todavía sin interpretación plenamente confirmada, como el resto de las inscripciones etruscas extensas), en la que aparece transcrita como (=EU), precedida y seguida de sendos puntos gráficos separativos que la confirman como palabra o lexema con significado propio. La forma originaria, por tanto, tuvo que ser probablemente *egu, con posterior desaparición de -g- intervocálica: en la  línea  8  de este  texto  tenemos  otra  palabra  que  bien  podría  ser  un claro  ejemplo  de  ésto: ULARU (<*IUGULARU, cf. el latín iúgulum), donde la "caída" de -g- intervocálica y la fusión o alargamiento de las dos U dan la apariencia de una síncopa silábica. Por lo demás, la lectura sistemática del signo como K -no como G- en todas las posiciones intervocálicas en que aparece en el texto, da siempre como resultado una serie de palabras semánticamente coherentes,  que parecen  confirmar  indirectamente  la validez  de  esta  hipótesis  sobre la caída de -g- intervocálica:  -g- > ).

Pero el problema principal de esta palabra inicial y de la palabra siguiente es sobre todo paleográfico, dado que es precisamente en esa primera línea del texto donde la piedra presenta algunas desconchaduras o desgastes que han hecho desaparecer parcialmente las letras siguientes a EU. La reconstrucción de esas dos letras desaparecidas (pues, en efecto, hay espacio para dos, incluso lo suficientemente espaciada la primera de ellas con respecto a la última letra del referido pronombre EU) resulta sin embargo problemática. Caben, desde luego, varias posibles reconstrucciones con diversas letras (p.e. MITTANNA, LATTANNA, RATTANNA ...), o incluso posibles valores propios de estas dobles grafías (p.e. MITIANIA, LATIANNA, LATTANIA, RATIANIA, etc), pero en todo caso la identificación del supuesto pronombre EU queda a salvo, por lo menos en punto a verosimilitud, teniendo en cuenta la posible forma verbal de 1ª persona singular ya identificada (MITEIM) y considerando también que en un texto de estas características (supuestamente jurídicas o semijurídicas) no sólo no resultaría en absoluto pleonástico o redundante el uso del pronombre personal antecediendo inmediatamente a un nombre propio en caso nominativo y en función de sujeto de la frase, sino que sería del todo necesaria su explicitación, por lo menos a efectos distintivos ("Yo, fulano, dejo a la hija de..." etc).

Con ello tenemos ya, hipotéticamente, el esquema morfosintáctico básico de esta primera frase inicial: una oración transitiva simple, con sus elementos mínimos bien interrelacionados gramaticalmente (S+CI+CD+V), y a partir de aquí podemos ya aventurarnos con más seguridad en la comprensión integral del mensaje lingüístico de esta oración, aislando e identificando nuevos elementos complementarios de éstos entre el resto de las palabras de este segmento oracional.

Lo primero que pide una oración como la que aquí se propone, introducida por un supuesto pronombre personal de 1ª persona, es la identificación inequívoca de un nombre personal que necesariamente ha de acompañar y nominalizar a ese posible pronombre personal EU; y dado que ese nombre propio ha de estar más o menos inmediato al pronombre que lo introduce y que lo caracteriza como sujeto de la frase (y ha de estar asimismo en caso "nominativo" o caso-sujeto en singular), y teniendo en cuenta además que ese nombre personal ha de preceder también al posible C.I. (FELOINAM), parece muy probable que ese nombre personal en cuestión tiene que ser el que aquí transcribimos provisionalmente como T·TANNA LARELIU[]A (la transcripción de las letras señaladas con un punto bajo es puramente aproximativa y convencional, puesto que, como ya hemos indicado, corresponden a letras prácticamente ilegibles); la -A final de la segunda palabra de este nombre está escrita en el comienzo de la segunda línea de la inscripción, evidentemente por falta de espacio en la primera, pues casi no nos cabe duda de que esa letra pertenece en efecto a la palabra anterior, no a la palabra que la sigue en el comienzo de esa línea segunda, que -como en seguida se verá- está bien identificada.

Más dudosa pudiera parecer la consideración de ese nombre (LAT·TANNA) como una sola palabra, y no como dos, como en principio cabría pensar a la vista del punto gráfico separativo; pero, en realidad, como veremos en otros lugares del texto, el punto diacrítico no siempre indica necesariamente la separación de palabras, sino a veces también la identificación de sufijos, morfemas y desinencias, sin carácter sistemático y sólo a efectos de identificación inmediata (de hecho, y a medida que progresa el texto, se hace más esporádico el uso de este punto distintivo como mero separador de palabras). Tampoco nos parece del todo descartable que esa doble grafía (T-T)  pudiera representar en realidad algún sonido específico no identificado,  pero el caso es que no hay en el resto del texto ningún otro ejemplo contrastable de grupos TT ni tampoco de NN. En cambio, sabemos que la geminación de consonantes en algunos nombres personales, por razones enfáticas y distintivas, es un fenómeno frecuente en determinadas lenguas indoeuropeas antiguas, incluido el latín.

Entre las diversas posibilidades de transcripción de este nombre (todas ellas puramente conjeturales), nos quedamos de momento con una lectura LATTANNA: (=EU LAT·TANNA), que acaso pudiera leerse como LATTANIA o como LATIANNA o incluso LATIANIA, si suponemos que las respectivas dobles grafías T-T y N-N tienen valores fonéticos propios; pero de momento,con los solos datos del texto, esta lectura resulta tan indemostrable como improductiva e irrelevante, y en todo caso no se pueden excluir tampoco otras lecturas posibles, tales como MITTANNA, RATTANA, etc.

La siguiente palabra, también con supuesta terminación de nominativo singular femenino en -a (que aparece escrita al comienzo de la línea 2 de la inscripción original), tiene al final de la línea 1 un hueco que resulta ilegible. Las opciones de interpretación de esa letra o letras que faltan son variadas: LARELIULIA, LARELIUNA, LARELIUKA o LARELIUKIA (), etc; esta última tiene a su favor el hecho de que parece ser la única de ellas que admite alguna interpretación comparativa de su posible significado (cf. griego leuk, "blanca", y latín lcia, lat. arcaico leucia, "brillante"); sabemos que en muchas lenguas antiguas los nombres personales suelen ser del tipo denominado "nombres parlantes" (Lare-leukia, suponiendo que fuera un nombre de origen griego -hay algunos en este texto, como veremos-, podría significar algo así como "gaviota blanca" o "blancura de gaviota", nombre por lo demás nada extraño en gentes de tradición marinera como eran los etruscos; pero si su etimología es netamente itálica, por lo menos el segundo elemento de la palabra  estaría  indudablemente relacionado  con la raíz leuk-  o liuk-,  que es  la misma  del  latín lcis, "luz", lcere, "brillar"). En principio, parece que el nombre en cuestión tendría que ser un gentilicio o apellido, si consideramos que la palabra anterior (LATTANNA) constituiría propiamente el praenomen personal (por otras inscripciones etruscas sabemos que los nombres personales femeninos etruscos iban seguidos a veces de un nombre gentilicio o patronímico, por lo menos en algunas inscripciones funerarias; ahora bien, esta inscripción que nos ocupa no es exactamente de tipo funerario, y en el texto aparecen más adelante otros nombres femeninos que no van seguidos exactamente de un patronímico fijado como apellido, sino sólo de un nombre personal -tal vez en genitivo o en caso relacionador similar- indicando la filiación paterna o materna a efectos distintivos). Con todo, siquiera sea por elegir provisionalmente un nombre convencional referencial, preferimos una supuesta lectura LARELIU-LIA (el signo que falta en la inscripción sería =li ), que al menos presenta alguna semejanza y evocación con apellidos latinos similares; por otro lado, cabe también la posibilidad, como veremos por otros ejemplos de este texto, de que la supuesta grafía que aquí falta no fuera   (), sino   (), y que ese doble signo representase en realidad el sonido [ ki ], puesto que el sonido [ li ] suele tener en este texto -salvo posibles excepciones que luego veremos- su propio signo gráfico: . En cualquier caso, la lectura que se elija (sea LARELIULIA, LARELIUKIA, etc) no deja de ser conjetural y de momento indemostrable. Lo que interesa resaltar ahora, a efectos puramente sintácticos, es que este nombre, [LA]TTANNA LARELIU[LI]A, constituye sin duda el sujeto de la oración (en nominativo singular), y casi con completa seguridad -por lo menos la segunda de esas palabras- es el nombre propio personal anticipado por el pronombre EU.

En realidad, la otra opción principal provisional para la primera palabra de este nombre (la hipotética lectura MITTANA) podría apoyar la conjetura de que acaso ese primer nombre no sea exactamente un praenomen personal, sino más bien alguna forma nominal-verbal introductoria y estereotipada de carácter semijurídico, p.e. un participio de presente de la misma raíz que el verbo identificado (MITEIM), como si se dijera algo así como "Yo, la donante, Lareliulia..." (de forma análoga a la expresión latina me mittente o cosa similar). Ello quizá podría explicar mejor el por qué esa palabra aparece aquí diferenciada en sus dos componentes morfológicos (raíz y sufijo participial: MIT·TANNA ) mediante el uso distintivo del punto diacrítico separador, a fin de no confundirla en principio con un nombre personal. Sin embargo, hasta que no se conozcan por otras inscripciones otras formas participiales femeninas etruscas con un sufijo -anna similar, esta posibilidad no deja de ser más que una conjetura, que además plantea nuevas dificultades semánticas al dejar sin praenomen al nombre personal principal y obligarnos a buscarle un gentilicio o patronímico en las palabras siguientes.

En el comienzo de la línea 2 encontramos las siguientes palabras: GNEWAY()R LAUT()N. Sabemos que son dos palabras distintas y que ambas forman juntas un nombre individual porque aparecen en abreviatura GN. L. hacia la mitad de la línea 7; la primera de ellas, además, aparece abreviada también -como praenomen de un nomen familiar- en la línea 18 (GN. LERLINIA o LERQUINIA). Parece prácticamente seguro que GNEWAY()R es el mismo praenomen personal masculino que el latino Gnaeus (lat. arc. Gnaios = Gneo, Cneo). La palabra LAUT()N correspondería probablemente al apellido o nomen familiar. En ambas palabras añadimos aquí entre paréntesis el signo fonético de modo puramente aproximativo y convencional, como indicativo de un hipotético sonido vocálico epentético probablemente relajado, aunque no sepamos con certeza de qué sonido vocálico concreto se trata (si es que lo hay, pues en principio nada impide suponer una lectura GNEWAYR o GNEWAUR para la primera, y LAVN para la segunda, ya que en el texto la grafía precedida de U semiconsonántica, o en final de palabra, parece representar un valor fonético de [ ] larga, como veremos por otros ejemplos; en este caso, además, la propia similitud con el nombre femenino romano Lavinia hace también más sugestiva esta última lectura). Por otras inscripciones etruscas conocemos alguna posible terminación de "nominativo" en -UR, pero en este nombre GNEWAY()R no tendríamos por qué ver necesariamente un nominativo en función de sujeto, pues podría tratarse tal vez de un caso "genitivo" o "relacionador" (quizá coincidente en su forma con su nominativo respectivo). También se conocen nombres patronímicos o gentilicios etruscos terminados en -an (sin que sepamos si se trata propiamente de nominativos o de genitivos), lo cual nos llevaría a suponer incluso una vocalización en A: LAUTAN (aunque la lectura más probable, como hemos dicho, parece ser LAVIN). En cuanto a GNEWAYR, de momento ni siquiera podemos excluir que la letra final (transcrita aquí en todos los casos sistemáticamente como -R) pudiera leerse en esa posición final como -D (acaso con valor morfológico desinencial de caso oblicuo, como en latín arcaico): GNEWAYD o GNEWAYoD. La cuestión es que este GNEWAY()R LAUT()N o LAVN no es verosímil como sujeto de la oración por varias razones: primero, porque es un nombre masculino (y como luego se confirmará, la protagonista de este texto -la donante- es efectivamente una mujer); segundo, porque no aparece inmediato al supuesto pronombre personal introductorio (EU); tercero, porque aparece inmediatamente delante del núcleo del C.I. ya identificado (FELOINAM), y dada la tendencia general en las lenguas indoeuropeas antiguas -con excepciones, que también hemos de ver en este mismo texto- a colocar el adjetivo o el complemento nominal delante del nombre al que se refiere, parece más verosímil que se trate de un complemento nominal; por último, el propio significado del término FELOINAM (="hija") parece pedir necesariamente un complemento nominal como término adyacente ("hija de..."), que tendría que ser este supuesto "genitivo" o"relacionador": GNEWAY()R LAUT()N o LAVIN. Sin embargo, todavía no se puede desechar del todo la posibilidad de que este sintagma sea en realidad un complemento nominal del propio Sujeto de la oración, como patronímico de LARELIULIA ("Yo, Lattanna Lareliulia, la de Gnewayr Lautn...").

Así pues, tenemos ya provisionalmente "traducida", con bastante fiabilidad (a pesar de todas las inevitables dudas y opciones interpretativas), más de la mitad de esta hipotética primera oración en la que hemos segmentado el texto inicial:

           "Yo, (La)ttanna Lareliu(li)a, dejo a la hija de Gneway(o)r Lavin...".

Nos falta todavía el nombre personal identificativo de esa persona receptora de la acción verbal (esa hija de Gn. Lavin), un nombre que necesariamente ha de estar entre las palabras inmediatas siguientes. Y entre éstas, nos parece claro que el nombre propio ha de ser ZELEOZA: se trata de un nombre de origen griego (la grafía , como ya se ha visto en el análisis paleográfico, transcribe muy probablemente la dseta africada griega, como se infiere también de otros ejemplos de este texto, que luego veremos); en griego sería Zlousa, "esforzada", "ferviente", "celosa", etc. Aquí presenta una posible terminación de nominativo singular femenino (no de acusativo, como sería de esperar, puesto que se refiere a FELOINAM), pero ello quizá es explicable precisamente por su carácter de nombre personal de origen extranjero y por la propia necesidad de distinguirlo claramente (nominativamente), aparte de la posibilidad de que en etrusco el nombre personal en este tipo de aposiciones nominativas pudiera construirse perfectamente en "nominativo" (siempre que la función sintáctica quedara suficientemente expresada en sus términos adnominales adyacentes); este uso desplazado de su función nominativa propia, la de sujeto de la oración, también está suficientemente documentado en nombres personales en latín y en otras lenguas afines. La palabra siguiente, RUTELIAM (en realidad en el texto es RUTELIAN, con probable disimilación gráfica de la -m final ante la consonante m- inicial de la palabra siguiente, como se ve en otros ejemplos del texto), es también un "acusativo" singular femenino, por lo que es prácticamente seguro que ha de conectarse con el núcleo del Complemento Indirecto (FELOINAM). Su significado es casi transparente, y armoniza bien además con el propio contexto identificativo personal del núcleo de ese CI. El término es relacionable, en efecto, con el adjetivo latino rutila ("roja", "rojiza", "rubia"), aquí con el muy probable significado de "pelirroja" (más bien que "rubia"). El cabello rojizo, por su carácter genéticamente recesivo y más infrecuente, es descriptivamente relevante en todos los pueblos y culturas, incluso entre colectividades humanas en que abundan los cabellos claros. En latín -como es sabido- existían diversos adjetivos de color pertenecientes a este mismo campo semántico (procedentes sin duda de diversas variantes dialectales itálicas): flavus-fulvus, ruber-rubidus-rubicundus-rufus, rutilus, etc (de algunos de los cuales se sabe que fueron utilizados también como "apodos"o sobrenombres personales entre los primitivos romanos y luego como apellidos gentilicios o como cognomina familiares: Flavius, Fulvius, Rutilius, Rufus...).
Tenemos ya, por tanto, plenamente identificada a la destinataria de la acción verbal: esa "hija de Gn. Lavin, la pelirroja Zeleuza".

Todo lo visto hasta ahora son los elementos morfosintácticos y semánticos más seguros de esta primera oración (aunque todavía necesariamente hipotéticos y provisionales, y en todo caso eventualmente revisables en algunos detalles paleográficos, fonéticos, morfológicos, sintácticos y semánticos). Las restantes palabras de esta primera oración, en cambio, resultan mucho más conjeturales en sus significados exactos, si bien lo ya identificado permite en líneas generales una caracterización morfosintáctica bastante aproximada de todas ellas. No hay que perder de vista, no obstante, que la conjetura indemostrable puede ser también uno de los "vicios" más generalizados en esta clase de análisis comparativos indirectos, y de hecho sólo se justifica cuando confirma o completa con detalles semánticos relevantes las "unidades provisionales de sentido general" que el propio análisis ha puesto al descubierto y ha establecido con alguna seguridad. Por lo demás, en esta clase de textos (descriptivos, jurídicos o semijurídicos), el lenguaje suele estar muy contenido en la expresión, de manera que lo que se dice suele ser ni más ni menos que lo que se considera necesario e insoslayable decir, a efectos explicativos y descriptivos, sin concesiones a nada anecdótico, trivial, extemporáneo, inapropiado o simplemente demasiado personal o subjetivo. Con estas cautelas, vamos a intentar aquí aproximarnos también a esas partes semánticamente menos seguras del texto, pero recordando que se trata de conjeturas aproximativas sin más valor que el de ayudar a completar las partes más seguras del mismo (y, como éstas, sujetas siempre a revisión ulterior y al eventual descubrimiento en otras inscripciones etruscas de nuevos datos fonéticos, morfosintácticos y semánticos que las confirmen o las invaliden definitivamente).

Entre FELOINAM y SELEOZA-RUTELIAM hay una o quizá dos palabras de significado poco transparente a simple vista (EMTLAAMUNAM). En principio, parece verosímil pensar que se trata de dos palabras distintas (EM TLAAMUNAM), dada la dificultad de un supuesto grupo gráficofonético -MT-; sin embargo también podrían hacerse otras hipotéticas segmentaciones, p.e.: EM TLA AMUNAM. De hecho, algunos han pretendido leer como AFUNAM la última de estas tres supuestas palabras, presuponiendo que se trata de un nombre personal familiar, pues supuestamente se repite en las líneas 17 y 23; pero la lectura de los signos como FU no parece, con todo, sostenible en este texto, pues la digamma F monopoliza por sí sola la grafía de la labiodental f en inicial de palabra, mientras que en posición intervocálica (o en inicial de sílaba) parece ser que tiene valor semiconsonántico [ w ] o [ ], y el caso es que no aparece en todo el texto ningún otro ejemplo inequívoco de -f- intervocálica y hay en cambio varios ejemplos de con posible valor [ mu ]. En realidad, a la vista de los vocablos, lexemas o raíces con los que este término AMUNA aparece en contacto en esos otros lugares del texto, más bien nos parece -como veremos- que se trata de un morfema o sufijo de carácter nominal-verbal, similar al griego -menos ( -mena, -menon) de los participios medio-pasivos. Esta conjetura sirve al menos para descartar y deshacer una hipotética pseudopalabra EMTLA. Tendríamos, pues, en realidad, dos palabras: EM T()LAAMUNAM (la doble AA parece que representa una larga), en "acusativo" singular femenino al menos la segunda de ellas, y ambas conectadas asimismo (morfosintácticamente) con el núcleo del C.I. anteriormente visto: FELOINAM.

Muy conjeturalmente, al principio supusimos que EM pudiera ser una hipotética forma de acusativo singular femenino de algún posible pronombre demostrativo etrusco (similar, p.e, al eam latino), aquí con un valor supuestamente muy próximo a un verdadero artículo determinado (="a la...", "la..."). Sobre la siguiente palabra, T(A)LAMUNAM, o quizá T(U)LAMUNAM, sólo podíamos hacer también conjeturas aproximativas sobre si se trataba de una posible raíz tala- o tula- , comparable al griego tálaina ("paciente", "sufrida"), tlatós ("soportable")  y  tlnai  ("soportar",  "llevar")  y  a  las  raíces  latinas  tul-,  tol-   ("llevar")  y  latus (<*tltos).

En realidad, estas conjeturas iniciales se dirigían a encontrar una conexión o enlace semántico con las partes ya identificadas e interpretadas del CI y una perfecta continuidad de sentido con los términos FELOINAM y SELEOZA. Una reflexión más detenida y paciente sobre la cuestión nos ha llevado finalmente a preferir otra conjetura sobre la forma EM, tan verosímil o más que la expuesta, y desde luego más acorde con lo que sabemos de las formas pronominales indoeuropeas. Así, la palabra EM sería en realidad una forma del pronombre personal de primera persona del singular, aquí en un caso oblicuo de "genitivo" o de "ablativo-expansivo" nominal: "de mí", "por mí" (cf. griego emos, emi, eme = "de mí", "para mí", "por mí"); el caso recto o nominativo ya lo conocemos: la forma EU, anteriormente vista. De ser así, el término que le sigue, T(A)LAMUNAM, podría ser efectivamente un participio de la raíz antedicha (TAL-, TUL-, lat. tol- en tollere, "coger", "tomar", "criar", "educar", o en tolerare, "tolerar", "soportar", y tul- en tulisse, "haber llevado"), con una significación conjunta que podría traducirse por algo así como "aceptada de mí" (o quizá "por mí"), "recogida de mí" (o "por mí"), "acogida de mí" (o "por mí"), "tomada de mí"(o "por mí"), "criada por mí", "educada por mí", etc, pero también "obtenida de mí", "tenida de mí", y referida en tal caso a una hija de la propia donante, tenida por ella del mencionado Gn. Lavin, más bien que a una ahijada o pupila de ella (puede pensarse, en efecto, que si se refiriera a una hija ajena o adoptada, parece que hubiera sido necesario precisar quizá de forma más inequívoca esa relación, aunque tal vez el significado de TALAMUNAM fuera por sí mismo bastante preciso, pero por otro lado resulta raro que, si aquella era una hija engendrada por la propia donante, no se diga simplemente "engendrada por mí", como se dice en otras frases de este texto que veremos más adelante). Más abajo, en efecto, (línea 16), encontraremos una mención expresa de una hija de la donante ("...la hija que yo he engendrado del hijo de N.") que no es identificada nominalmente, lo que en verdad resultaría un poco extraño a menos que esa hija sea la misma que aparece nominalizada en estas primeras líneas: la aludida Seleoza (en cuyo caso ese "hijo de N." mencionado sería entonces el referido Gn. Lavin). Hay, pues, varias posibilidades que nuestro desconocimiento de la relación sintáctica exacta expresada por el pronombre EM deja abiertas: primera, que la aludida Seleoza fuera hija de un anterior matrimonio de Gn. Lavin, adoptada por la donante("acogida por mí"); segunda, que fuera hija común de ambos, "tenida de mí"(pero entonces no se entiende que no diga simplemente "engendrada de mí"); y tercera, que fuera una hija anterior de la donante, adoptada por Gn. Lavin("adoptada de mí"). En cuanto a ese "hijo de N." mencionado después, y padre de una hija engendrada por la donante, éste podría ser o bien el propio Gn. Lavin (y la hija innominada que luego se alude como "engendrada" por la donante sería una hija común de ambos, ya fuera la propia Seleoza o una hija posterior y distinta de ésta, pero innominada), o bien se trataría de un marido anterior o posterior de la donante (con el que habría tenido una hija, ya fuera la propia Seleoza -si dicho marido fue anterior- o ya fuera otra distinta, si fue un marido posterior a Gn. Lavin).

De momento, vistas las dificultades insalvables, podemos optar por una traducción provisional "de compromiso", que quedaría más o menos así:

           "...a la hija de Gn. Lavin, criada por mí, la pelirroja Seleoza..."

Las dos palabras restantes de esta primera oración, bien distinguidas y espaciadas en el propio texto, son también provisionales en su interpretación, aunque algo más semitransparentes. No obstante, parece claro que una de ellas (o ambas) constituye necesariamente el Complemento Directo de la frase, es decir, la cosa u objeto cuya destinataria es esa "hija de Gn. Lavin, la pelirroja Seleoza". El núcleo de este CD, por su propia desinencia de probable acusativo singular en -m (de nuevo disimilada gráficamente en -n ante la m inicial de la palabra siguiente) parece ser en todo caso TES()M, que de modo conjetural (pero con bastante verosimilitud) podríamos relacionar con la palabra griega thésis (="disposición", "depósito", "asignación"), que aquí puede suponerse calcada literalmente como préstamo lingüístico griego en un uso y contexto técnicojurídico específico (= "legado", "manda testamentaria"), sin descartar tampoco que pueda proceder de una raíz etrusca propia básicamente similar.

Más problemática resulta la palabra MUM()LERI, o quizá MUMOLERI, conjeturalmente relacionable con el latín memorari ("recordar","acordarse"), pues las alternancias y variaciones fonéticas de las vocales en contacto con consonantes líquidas son bastante frecuentes en las lenguas indoeuropeas antiguas (en el etrusco de las inscripciones algunos lingüistas hablan incluso de la existencia de cierta "sinarmonía vocálica"); aquí el término MUM()LERI, que es posiblemente una forma verbal-nominal (cf. los infinitivos latinos activos en -are, -ere, -ire, y sobre todo los infinitivos pasivos en -ari, -eri, -iri), funcionaría en todo caso como complemento adyacente de TESN (TESIM): "(le dejo) un legado para recordar(me)" (="de recuerdo", "recordatorio", "como recuerdo mío","para que me recuerde", "para ser recordada").

A pesar de la provisionalidad de estas últimas conjeturas, creemos que la estructura morfosintáctica básica de toda la oración, así como su sentido o significado general, no sólo están plenamente evidenciados, sino que son perfectamente sostenibles y pueden darse prácticamente por seguros en más de sus dos terceras partes (a falta todavía de más datos para la comprobación exhaustiva de las correspondencias fonéticas con otras lenguas indoeuropeas afines, que dejamos para el final).

La traducción provisional y más probable de toda esta primera segmentación oracional del texto quedaría entonces como sigue (ponemos en negrita las partes prácticamente seguras de la traducción):

           Yo, [ La ]ttanna Lareliu[ li ]a,
           a la hija
de Gneway(o)r Lavin
           acogida como mía, la pelirroja Seleosa,
           (le) dejo un legado de recuerdo (...)


........


Si lo traducido hasta aquí es correcto (y creemos que, en efecto, en líneas generales lo es), la frase siguiente nos tiene que informar sobre ese "legado" y en qué consiste exactamente (¿tierras o fincas, objetos muebles, animales, ...?).

Esquema de análisis morfosintáctico

La línea 5 comienza con una palabra o partícula que aparentemente encontramos también dos líneas más abajo (en el comienzo de la línea 7): RAM. Ésta ha sido la hipótesis inicial que nos ha llevado a segmentar hasta aquí la primera oración anteriormente vista, segmentación que ha resultado acertada a pesar de que reconsideraciones posteriores nos han hecho pensar que el acierto ha podido ser tal vez puramente casual, dado que no es nada improbable que se trate en realidad de palabras de distinta clase. En efecto, este lexema RAM del comienzo de la línea 5 es muy probable que incluya también las tres letras siguientes (RAM-NEM), pues no hay separación o espaciamiento claro de palabras en esta línea de texto, pero además encontramos una inequívoca forma RAMNEM repetida más adelante (línea 22), que parece ser claramente un sustantivo en acusativo singular (ya que allí va unido por conjunción copulativa a otro inequívoco sustantivo en ese mismo caso de la declinación). Esa forma RAMNEM de la línea 22, además de otra forma RAMNE (quizá una forma de dual) en la línea 21, inducen a pensar que este RAMNEM del comienzo de la línea 5 podría ser ese mismo sustantivo (masculino, como el de la línea 22). Su significado, sin embargo, es en ambos casos conjetural. Se trataría sin duda de alguna especie de animal doméstico o de rebaño, pero es difícil precisar de cuál se trata, pues no hallamos correspondencias exactas en otras lenguas indoeuropeas. En principio hemos conjeturado que podría tratarse del "chivo" o "macho cabrío" (la forma RAMNE de la línea 21, en cambio, se referiría quizá a cabras: "dos cabras"). Sin embargo no encontramos coincidencia con los diversos términos conocidos para designar a la "cabra" en otras lenguas indoeuropeas. En latín, concretamente, hay una raíz ram- (ramus, "ramo"; ramale, "ramaje"; rámulus, "rama", y también "cornamenta del ciervo") quizá relacionable a su vez con el término griego rhámnos, "espino"; también conocemos el nombre latino de una de las tres primitivas tribus romanas (los ramnes, que acaso pudiera ser un nombre de antiguas reminiscencias totémicas: "los cabrones", "los chivos" o algo similar, según era costumbre en los gentilicios de las comunidades tribales más primitivas). Pero no es fácil relacionar esos significados con un supuesto término etrusco procedente de esa misma raíz y que por derivación metonímica de sentido hubiera terminado utilizándose como uno de los nombres coloquiales para designar a la "cabra". En rigor, ni siquiera podemos estar seguros de que el término RAMNEM no designe a otra clase de animal doméstico (por ejemplo al "mulo", pues en la línea 22 aparece asociado con un "caballo", o incluso al "verraco"). Y por lo demás, como ya se ha apuntado, subsiste la duda sobre nuestra primera hipótesis, es decir, una posible partícula RAM análoga a la que encontramos dos líneas más abajo. Todo ello deja ver el punto de precariedad semántica en el que suelen moverse necesariamente este tipo de análisis, que a veces obligan a considerar simultáneamente varias opciones interpretativas sin que los elementos morfosintácticos puedan por sí mismos sacarnos de dudas (en todo caso, importan más en estos casos las "unidades de sentido general" y las coherencias internas de las propias relaciones morfosintácticas y semánticas descubiertas que el significado preciso de todos y cada uno de los sintagmas). En este caso, el significado conjetural que de momento nos parece más probable y que podemos aventurar provisionalmente para esta supuesta palabra RAMNEM es el ya indicado (="un macho cabrío"), salvo que nuevos datos nos fuercen a reconsiderar de nuevo la cuestión, por lo menos en los términos antedichos, es decir, o es un sustantivo (RAMNEM) o es una partícula (RAM), aunque ni siquiera puede descartarse que pudiera ser incluso una forma verbal de primera persona de singular, quizá parcialmente lexicalizada en una expresión fija más o menos equivalente a las expresiones castellanas del tipo "es decir", "a saber", "o sea", "concretando", "especificando", y otras análogas (en esta oración, como continuidad lógico-explicativa de la anterior, consideramos que el sujeto y el verbo siguen siendo los ya anteriormente vistos, puesto que -en realidad- la frase sigue siendo la misma).

La palabra siguiente, IKA (no puede ser IGA, precisamente por esa "regla fonética" que ya hemos visto y seguiremos viendo sobre la posible caída de -g- intervocálica: *egu> eu), no es menos problemática y resulta además de difícil caracterización morfológica. Aquí, también conjeturalmente, hemos considerado tres posibles opciones interpretativas. La primera es que podría tratarse de un numeral (sobre todo por su conexión con la palabra siguiente, que parece ser casi con toda seguridad un genitivo de tipo partitivo, en una construcción bastante frecuente de los numerales cardinales en las lenguas indoeuropeas occidentales antiguas). Es muy poco ciertamente lo que sabe con seguridad de los numerales etruscos, y aun ése poco parece estar también muy malentendido (se ha encontrado, p.e., un dado que lleva inscritas en cada una de sus caras un nombre, y ello ha llevado a algunos a presuponer sin más que esos nombres son los numerales etruscos del uno al seis). En el caso que nos ocupa, es difícil relacionar esta palabra (IKA) con algún numeral de tipo indoeuropeo: la única raíz numeral indoeuropea con la que acaso podría relacionarse (y no fácilmente) sería la correspondiente al número seis: en latín sex [seks], en griego héksa. Tampoco sabemos si se trata de una forma indeclinable, como suelen serlo los numerales cardinales indoeuropeos a partir del número tres, o si lleva una terminación -a de nominativo-acusativo plural neutro, común a todo el indoeuropeo occidental, que suele tener un sentido colectivo más que propiamente plural. En todo caso, lo que parece indudable es que este término IKA regiría el genitivo de la palabra siguiente: "seis (de) ...".

Otra posibilidad a considerar es que este término IKA fuese en realidad una forma pronominal del demostrativo deíctico (cf. latín hic); de hecho algunos pretenden haber aislado las dos formas básicas pronominales deícticas del etrusco, una de las cuales sería precisamente una supuesta forma (e)ca (="este"). En este caso que nos ocupa, la relación semántica con el genitivo que le sigue podría tener más bien un carácter cuantificativo indeterminativo que propiamente deíctico, como si dijera: "un tanto de...", "un determinado número de...", o algo similar, o bien, dejando a salvo su carácter deíctico, podría ser una expresión del tipo "estas (...) de aquí ", "esta parte de (...)", "la parte de estas (...)". Por lo demás, este tipo de construcciones pronominales neutras con partitivo no son infrecuentes tampoco en el latín coloquial (tipo hoc libelli = hic libellus).

Y la tercera posibilidad interpretativa pasa por esa segmentación inicialmente considerada (RAM NEM-ICA), según la cual tendríamos una partícula inicial introductoria, similar a la supuesta partícula que encabeza la línea 7 (RAM) y un sustantivo en acusativo plural neutro (NEMICA) que regiría el genitivo que le sigue. La interpretación parece sugestiva si consideramos su posible relación con una raíz que también encontramos en griego (cf. némein, "repartir", "asignar"), aquí con sufijo diminutivo -ica y con la posible significación de "un lotecillo de...", "una porción de...", "una punta de...". Sin embargo, hay un hecho paleográfico y fonético que parece descartar esta interpretación, y es el tratamiento gráfico que en este texto se le da sistemáticamente a la nasal -m en final de palabra y ante nasal inicial de la palabra siguiente (m- o n-); en el caso de -m final ante m- inicial, se disimila en -n la primera (ya hemos visto un par de ejemplos en la oración anterior, y aún veremos más en lo que queda de texto); en el caso de -m final ante n- inicial se produce, en cambio, una asimilación gráfica de esa -m final en -n (en esta misma frase encontraremos un ejemplo de ello, y otro más en la línea 24, que es la última del texto, aunque en ambos casos se trata de una supuesta asimilación gráfica que afecta básicamente a una terminación desinencial similar y a una misma palabra siguiente, lo que reduce un poco su valor contrastable). Por tanto, admitida esa asimilación sistemática de la -m final ante la n- inicial de la palabra siguiente, un grupo RAM NEMICA necesariamente debería haberse transcrito como RAN NEMICA (lo cual no es el caso), con lo que parece que hay que descartar totalmente esta posibilidad y considerar que la única segmentación posible es la que hemos considerado anteriormente: RAMNEM IKA.

A pesar de estas conjeturas iniciales, dudosas por necesidad, la claridad de este segmento oracional empieza a mostrarse a partir de la palabra siguiente, AGNATHEM (que en el texto presenta la comentada asimilación gráfica de -m final en -n final, ante la nasal inicial de la palabra que sigue). Esta forma AGNATHEM, en efecto, sería casi con toda seguridad un sustantivo (cf. latín agnus, "cordero"; gr. ár.neios, arn-, ar.nós), cuya raíz sería AGN-A- (como se verá más adelante), aquí con una muy probable terminación no de acusativo singular, como en principio pudiera parecer, sino de genitivo-"ablativo" plural (-them), que veremos confirmada en otras palabras del texto. Sintácticamente dependería, como complemento nominal, de la palabra anterior inmediata (IKA o ICA). La traducción provisional y aproximativa podría ser algo así como "seis (de) ovejas" (e.e., "seis ovejas"), si consideramos que IKA es efectivamente un numeral, o bien "determinadas ovejas", "estas ovejas", si le suponemos un valor demostrativo indeterminado. En las líneas 18 y 23 de esta inscripción encontraremos otros dos términos de la misma raíz etimológica: AGNE (posible dual:"dos ovejas") y AGNENATHEM (posible genitivo-ablativo plural: "de los corderillos").

La palabra siguiente es NAKER , aunque no está claro si podría tratarse más bien de NAKEP o incluso NAKED, si consideramos que la grafía -P en posición final absoluta tal vez podría representar en este texto -esporádicamente al menos- un sonido [ p ] o [ d ] (cf. latín quid, quid-pe o quippe). Aparece tres veces más en el texto (líneas 15, 16 y 24), y en todos esos contextos parece indudable su posible significado pronominal relacionador (más o menos equivalente al pronombre relativo, que también aparece como tal en la línea 14 de este texto), si es que no se trata de una partícula indeclinable propiamente explicativa (="a saber", "ésto es", etc); su carácter especificativo-relativo es evidente en al menos dos de las oraciones posteriores en que aparece, pero en los otros dos casos (incluido éste de esta línea 5) su sentido explicativo-relativo es asimismo muy verosímil, como veremos enseguida.

La línea siguiente (línea 6) resulta, en su conjunto, bastante transparente. Comienza con un numeral gráfico prácticamente indudable (XII = 12), similar al del sistema representativo gráfico de los numerales romanos (copiado del propio sistema etrusco, como es bien sabido), y sigue con el ya conocido término FELOINA (aquí en relación directa con las palabras inmediatamente anteriores, y probablemente significando "crías" o quizá "hembras"); su aparente terminación de nominativo singular femenino resulta extraña a efectos de sentido con lo expresado por el propio numeral y también de concordancia (si tenemos en cuenta que no puede concordar con AGNATHEM, que sería femenino plural, pero tampoco con IKA si, como en principio hemos supuesto, ésta sería una forma en acusativo plural neutro, no en nominativo singular femenino); sin embargo, un examen más detenido de la inscripción en una fotografía más fiable nos ha hecho reparar en un posible signo o pequeño trazo añadido en la parte superior de la vocal final de la palabra FELOINA (), que acaso pudiera ser una corrección ulterior del copista sobre una errata involuntaria, e.e., corrigiendo FELOINA por FELOINAI (forma ésta más acorde con los nominativos femeninos de plural en otras lenguas indoeuropeas antiguas); de todas formas, y hasta que podamos examinar directamente la inscripción, ni siquiera en el caso de que esa supuesta corrección gráfica no fuera tal, la hipótesis de una errata involuntaria del grabador, o incluso la posibilidad de que en sintagmas construidos con numerales pudiera usarse también el singular de tipo colectivo para cuantificar nombres en plural, hace bastante sostenible la relación sintáctica que proponemos. La mayor dificultad de este sintagma es más bien de tipo semántico, pues se plantean dos posibles opciones bien distintas: la primera es que ese FELOINA(I) se refiera, de forma relativo-explicativa, a esas mencionadas"ovejas" como antecedente inmediato: "(seis) ovejas, que son (=es decir) 12 hembras" o "(estas) ovejas, a saber, 12 hembras" (pero el hecho de tener que traducir "hijas" o "crías" como "hembras" resulta algo forzado, por muy evidente que sea que tales "crías" o "hijas" tienen que ser contextual y necesariamente "hembras" o "corderas"; por otro lado, el supuesto primer numeral, IKA =seis, sería inadmisible como tal, puesto que el numeral gráfico de la oración de relativo expresa claramente "doce" animales, no "seis"); la segunda opción, y de momento la más admisible, es que esas 12 "crías" lo fueran precisamente de esas (seis) "ovejas", y que la construcción de relativo con la partícula NAKER, ya sea ésta de tipo relativo-explicativo o de tipo relativo-especificativo, sea similar a la construcción típica de dativo o genitivo posesivo, tal como la conocemos en latín o en griego, con FELOINA(I) como sujeto, como si dijera: "(seis) ovejas, para (=de) las cuales (hay) 12 crías (= las cuales tienen doce crías)", o bien, con un sentido más especificativo: "(esas) ovejas para las que hay (=que tienen) 12 crías". Enseguida veremos que esas ovejas (y tambien sus respectivas corderas) llevan una marca CI sobre la piel, según nos dice el propio texto a continuación, y precisamente en la línea 24 (la última de la inscripción) se alude expresamente a "los corderillos que llevan la marca CI ", de los que no cabe duda que se trata de estos 12 corderos (corderas en realidad) aquí mencionados, para destinarlos a algún tipo de banquete o sacrificio. Por tanto, parece claro que las 12 crías no forman parte propiamente del lote donado, sino sólo las ovejas-madres, con lo cual se confirma que se trata de animales diferenciados (ovejas y crías) y se explica que el texto no diga simplemente: "tantas ovejas y sus 12 crías", expresándolo en un mismo sintagma copulativo, sino que utilice esa partícula de relativo precisamente para especificar y concretar la identificación de esas ovejas donadas y diferenciarlas de sus respectivos corderos, que no formarían parte de la donación misma.

Suficientemente transparentes son también las restantes palabras de esta línea 6: OURAM-ARAM-KE. La última parte del lexema (KE) es claramente la conjunción copulativa enclítica común al indoeuropeo occidental -k(u)e (lat. -que, griego micénico -ke). La palabra OURAM-ARAM (en acusativo singular) la suponemos aglutinada, y la podemos poner en relación con otras raíces similares de las lenguas indoeuropeas afines: griego ouron ("yugada"),  latín  rus ("toro salvaje", "uro"), y en su segundo componente es relacionable con la raíz latina arare (="arar"), que se encuentra también en otras lenguas indoeuropeas occidentales; en la lengua celtibérica del llamado "Bronce de Botorrita", p.e., en la línea 10 de dicha plancha y en un contexto que se interpreta generalmente como el de unas ofrendas de animales a determinadas divinidades celtiberas, se encuentran unos términos muy similares, aunque no aglutinados: urantiom (¿"un toro"?) y aratim (¿"un buey"?). Se sabe, además, que en algunos pueblos antiguos se utilizaban toros, no bueyes, para determinadas labores agrícolas más o menos ritualizadas (a modo de "ritos fecundadores" de la tierra), a veces formando pareja en la yunta con un buey. La traducción provisional (y bastante probable) de este sintagma sería: "...y un toro-de-arar (=buey ?)".

A pesar del nivel necesariamente conjetural de algunos de los elementos hasta ahora analizados, sabemos ya -con bastante seguridad- que el legado anunciado en la primera parte de esta oración, anteriormente vista, consistiría al parecer en un macho cabrío, (seis) ovejas (con doce corderas) y un toro o buey. En cualquier caso, algunos de estos términos son prácticamente seguros tanto en sus respectivos significados como en su caracterización morfológica y en sus interrelaciones sintácticas. El verbo principal continúa siendo el anterior (MITEIM, "dejo", "doy"), pues en rigor esta oración consiste en una continuación explicativa de lo anterior, y lo mismo el sujeto.

La línea 7 comienza con la palabra RAM, que tanto podría ser una mera abreviatura del RAM(NEM) anteriormente visto, como una posible partícula de carácter probablemente ilativo, enunciativo o adaptativo, acaso relacionable fonéticamente con la partícula ilativa griega ára y (cf. también en latín con los significados de la partícula enunciativo-explicativa o de transición et-enim o de las propias partículas latinas de valor aseverativo, explicativo y continuativo nam, enim, scilicet, nimirum, ergo, igitur y otras similares). En cualquier caso, ya se trate efectivamente de una partícula de esa clase o de una mera abreviatura del término antes mencionado, es claro que RAM está en estrecha relación explicativa con el contexto inmediatamente anterior, como en seguida veremos.

Las dos últimas líneas (7 y 8) de esta primera frase del texto constituyen también el cierre completo de la misma. Presentan unos elementos más conjeturales que otros, pero en todo caso el contexto de lo ya traducido facilita bastante la comprensión de las partes menos seguras. A la palabra RAM que encabeza la línea 7, sin entrar más en detalle sobre su posible carácter de partícula o de abreviatura, le damos una significación aproximativa, convencional y provisional, de carácter explicativo-especificativo (="concretamente", "exactamente", "en concreto") o explicativodistributivo (="respectivamente...").

La palabra siguiente (ZEGNUL) nos parece bastante transparente en su forma y en su significado, al menos si la relacionamos con la palabra latina signum ("signo", "señal", "marca"), referida aquí -por el propio contexto- a las marcas de propiedad que llevaría ese ganado donado (la correspondencia fonética entre esa e etrusca y la i del latín, también es regular, como veremos en otras palabras de esta inscripción). Aquí hemos supuesto además, convencionalmente, que la palabra podría estar en un caso oblicuo, ya sea en acusativo de relación o ya sea en "ablativo" o "expansivo" circunstancial modal, en cuyo caso -como se verá por otros ejemplos del texto- tal vez habría que leerla más bien como ZEGNUL(U), con posible sufijo -ul diminutivo (presente también en latín).

Sigue inmediatamente un grupo de tres signos consonánticos ( = GNL), impronunciables por sí solos, de los que no cabe ninguna duda de que se trata de esa "marca" o "señal" especificada por el término anterior (ZEGNUL, "marca"), pues se corresponden con absoluta congruencia con las iniciales GN. L. del nombre personal masculino anteriormente visto (Gnewa Lavin), es decir, el padre de la hija de la donante. Precisamente este hecho o evidencia de coherencia intratextual (uno de los varios elementos recursivos internos que encontraremos a lo largo del texto y que prestan a nuestra interpretación del mismo una sólida coherencia en líneas generales) es lo que descarta cierta hipótesis de segmentación que antes hemos obviado pero que es necesario mencionar ahora. Se trata de la primera palabra de la línea 2 anteriormente vista, A-GNEWAYR LAVIN, en la que esa -a inicial la hemos considerado como la última letra del nombre personal inmediatamente anterior (LARELIULI-A o LARELIUKI-A). Otra posibilidad, sin embargo,sería considerar esa -a como parte de un lexema distinto, p.e. A-GNE FAYR LAVIN, puesto que ya sabemos que la palabra AGNE existe como tal en este texto (la encontraremos en la línea 18 como posible forma de dual: "dos ovejas"); esta consideración modificaría ligeramente la traducción propuesta, que quedaría entonces más o menos así: "Yo, Lattanna Lareliulia, (le) dejo como legado de recuerdo a la hija de Fayr Lavin, ahijada de mí, la pelirroja Zeleusa, dos ovejas, un chivo, seis ovejas, las que tienen 12 crías, y un toro-de-arar (...)". Sin embargo, es difícil de explicar la anticipación de ese supuesto primer Complemento Directo (AGNE) con respecto a los siguientes, pues, incluso suponiendo -como algunos han propuesto- que en el etrusco de determinadas épocas no se distinguiese morfológicamente el dativo del acusativo y se utilizase ocasionalmente el propio orden de palabras (C.D. + C.I + V) para distinguirlos en contextos especialmente difíciles y ambiguos, el caso es que a lo largo del texto encontraremos varios ejemplos de C.I. + C.D. + V que invalidan esa suposición. Por todo ello, hemos descartado prácticamente esa posibilidad de considerar una hipotética segmentación A-GNE, tanto por las dificultades expuestas como por el hecho de coherencia que esas abreviaturas GN. L. (=Gnewa Lavin) presuponen frente a una supuesta forma FAYR o WAYR de ese nombre personal, y consideramos que la coincidencia de que parezca haber aquí una forma AGNE es en este caso meramente casual (fenómeno bastante habitual en textos extensos de cualquier lengua, por lo demás). Pero hemos querido señalarla ahora a fin de resaltar la utilidad identificativa de algunos de estos hechos recurrentes que el propio análisis va poniendo al descubierto.

A continuación de esta indudable abreviatura GN. L., viene otra palabra, ESCULLIUZI, que hemos interpretado en realidad como dos (quizá tres) palabras: la primera podría corresponder a una preposición (ES, que encontramos también en otras lenguas indoeuropeas occidentales, cf. griego es, eis); la segunda sería un sustantivo que parece tener una exacta correspondencia con el sustantivo latino culleus, "odre", "pellejo", "cuero". Es verosímil, por tanto, que la expresión etrusca ES CULLIU(-ZI) signifique exactamente "en la piel", "sobre su pellejo", o cosa similar, lo que armoniza a la perfección con lo anteriormente visto: una o varias marcas del ganado, una de las cuales consistiría en las letras iniciales del nombre de su antiguo propietario, que es el Gnewa Lavin antes mencionado (al principio supusimos que -ZI podría ser una supuesta terminación de plural, pero a la vista del contexto siguiente ya no nos cabe duda de que se trata de una de esas marcas, , con valor fonético convencional de [ zi ], mencionada también en la línea siguiente y asimismo en la línea 24 del texto). No puede descartarse tampoco (y de momento es la hipótesis que aquí preferimos) que esa posible preposición ES pudiera estar en realidad post-puesta a su régimen, es decir, que rigiera al sintagma anterior (ZEGNUL GN. L. ES), con un carácter instrumental-modal, si bien esta supuesta postposición esporádica no aparece confirmada en la línea siguiente, donde encontramos dos preposiciones, incluida esta ES, precediendo a su régimen, aunque no es improbable que la lengua etrusca pudiera utilizar ambos procedimientos (pre-posición y post-posición) según los casos.

En el final de la línea 7 encontramos la palabra EN, difícil de conectar en su hipotético significado con todo lo anterior, excepto quizá si la consideramos como otra preposición o partícula adverbial-preposicional (precisamente la más recurrente en todo el indoeuropeo, bajo las formas en, eni o in), sin descartar que pudiera ser también una preposición pospuesta que regiría al sintagma anterior; con todo, en principio nos ha parecido que el término EN podría tener aquí un sentido distributivo (="cada uno"), similar al griego  eis  mía  en. De todas formas, y a pesar de lo conjetural de la interpretación de esta partícula, el sentido -como veremos- parece bastante claro por el propio contexto.

La línea 8 comienza con una serie de cuatro signos; los dos primeros parecen corresponder a la preposición ya vista (ES), y los dos signos siguientes () representarían un signo puramente gráfico más bien que fonético, aunque pueden leerse como ZI : se trataría, en efecto, de la misma "marca" o "señal" anteriormente vista, de ahí quizá la repetición anafórica de esa preposición ES (esta vez para indicar alguna especie de correlación o distribución con respecto a lo anterior, pues el propio contexto parece sugerir que el "chivo" o "macho cabrío" llevaría la marca GN. L., y las ovejas y sus corderas, así como el toro o buey, llevarían la marca ZI).

Las dos palabras siguientes, EK DULARU, nos reafirman en esta interpretación provisional, pues parecen corresponder respectivamente a una conocida preposición indoeuropea (en griego eks, en latín eks o ex) y a un sustantivo que también encontramos en la lengua latina: iúgulum ("cuello", "garganta"). Aquí la expresión etrusca ek yúlaru aparece sin duda sincopada,*yu(gu)laru, seguramente como resultado fonético regular de la caída de la -g- intervocálica, que ya hemos visto anteriormente a propósito del pronombre personal etrusco *e(g)u > eu. La traducción sería: "(y) con (la marca) ZI sobre el cuello". Se confirma, por tanto, que los animales donados llevaban unas marcas distintivas (el propio sentido de lo ya traducido nos permite conjeturar que se trata de dos marcas distintas, una para el chivo, y otra para las ovejas y sus corderos, que la llevarían sobre la piel, y para el toro o buey, que la llevaría marcada sobre el pescuezo), aunque el encaje de esta interpretación no está tan claro como quisiéramos en los propios elementos morfosintácticos respectivos ya analizados.

Dos son las curiosidades gráficas relevantes que hay que destacar en estas últimas partes de la frase traducida. La primera es el uso de la grafía C con valor oclusivo labiovelar sordo en posición inicial seguida de U (así en CULLIU), a diferencia de su valor más generalizado como [ z ] sonora en otras posiciones y combinaciones silábicas (en otras inscripciones etruscas, como es bien sabido desde hace décadas, la velar oclusiva sorda aparece con distinta grafía según el sonido vocálico que la sigue, lo que explicaría la distinción entre c, k y qu en el propio alfabeto latino tomado de los etruscos). La segunda observación se refiere a esa doble grafía, o , que encontramos en la palabra DULARU o YULARU, y que desafortunadamente no podemos contrastar en otros lugares del texto por tratarse de un ejemplo único en toda la inscripción. En la fotografía más nítida que de esta estela hemos podido encontrar, a simple vista y aumentando también el pixelado digital, nos parece ver una inequívoca delta griega como letra inicial de la palabra (pero, como decimos, sería un caso único y por ello no contrastable). Sin embargo, y aunque aceptemos la lectura más usual de esta doble grafía ( ), por lo menos hasta que podamos examinar la inscripción in situ, tampoco ello supone ni mucho menos una dificultad insalvable para nuestra propuesta de leer dicho signo como [ dj ] o [ y ]. En efecto, la combinación gráfica no parece tener en esta inscripción el valor que tienen ambos signos por separado, pues para el sonido [ li ] existe una grafía propia en el alfabeto de esta inscripción:   . Por otro lado, ya hemos visto y seguiremos viendo varios ejemplos de combinaciones gráficas similares que tienen sus propios valores fonéticos: así el grupo = [ ki ] (quizá en el nombre personal LARELIULIA o tal vez LARELIUKIA, anteriormente visto), o el grupo = [ lli ] (que hemos visto en , CULLIU), o el grupo =[ qui ]?, por lo que no es nada inverosímil un supuesto grupo con posible valor [ y ], como parece que se da en este inequívoco término YULARU, que necesariamente debe admitirse para admitir la congruente interpretación que hemos propuesto y que las propias vacilaciones de estos grupos afines nos sugieren.

Con ésto hemos completado ya el análisis provisional de esta primera frase del texto (frase que representa en extensión gráfica aproximadamente un tercio largo del mismo). La traducción de todo lo visto, seleccionando ya las opciones que nos parecen más verosímiles, quedaría como sigue (en negrita las partes prácticamente más seguras de nuestra interpretación):

           Yo, [La]ttannia Lareliu[ki]a,
           a la hija de Gnewa Lavin,
           ahijada de mí, a la pelirroja Zeleoza,
           (le) dejo, como legado recordatorio,
           un chivo, seis ovejas (las de las 12 crías),
           y un toro-de-arar,
           (respectivamente) con una (pequeña) marca
           GN. L.
(el chivo), con (la marca) ZI en la piel
           cada una (de las ovejas), (y) con ZI sobre el
           cuello
(el toro).

........


El sentido del texto es inequívoco (aunque sólo se considerasen válidas las partes en negrita): se trata sin duda de un documento de donación o testamentario, que en sus primeras líneas alude a un legado o "manda" específica para una hija (o más bien ahijada) de la propia donante (más adelante veremos que incluye también otros legados individuales destinados a una serie de muchachas jóvenes nominalizadas e identificadas en las líneas siguientes). En todo caso, por sorprendente que pueda parecer el soporte utilizado para este documento testamentario (grabado en una estela de piedra destinada a ser hincada en tierra), quizá no lo sea tanto si consideramos que las legatarias son varias personas y que el hecho de grabar el testamento o donación en una estela podía resultar más efectivo y económico que el tener que consignarlo en otros tantos documentos particulares individuales, aparte de que esta estela pudo tener sobre todo un carácter de lápida conmemorativa o "cipo" funerario con el que la donante se erigía de paso un sencillo y original monumento conmemorativo o recordatorio de sus últimas voluntades, sin descartar tampoco que la estela fuese un soporte provisional -un "borrador" por así decirlo- o incluso una especie de "matriz" notarial en piedra del documento testamentario (con todo, no deja de ser tan original como sorprendente que se eligiera precisamente el soporte de una estela de piedra para consignar unos legados perecederos que -como veremos- consisten todos en animales domésticos y ganado diverso). En todo caso, ésto nos debería prevenir bastante con respecto a prejuicios preconcebidos en relación con los contextos, tipologías y soportes de las diversas inscripciones etruscas.

Lo que hasta ahora llevamos "traducido" de este texto, con toda la provisionalidad que se quiera, nos parece ya incuestionable en sus líneas más generales, y desde luego descarta de plano algunas superficiales y precipitadas conjeturas interpretativas generales que hasta ahora se habían hecho respecto a este famoso "cipo de Perusa", una de las inscripciones extensas más importantes de entre todas las conservadas supuestamente en lengua etrusca (y seguramente una de las más interesantes también). Entre esas conjeturas de pretensiones cientifistas y filológicas, hay algunas que hemos leído en publicaciones especializadas recientes que aluden a su supuesto contenido como "un acta notarial referente al acuerdo entre dos familias peruginas, los Valtina y los Afuna, por cesiones y demarcaciones de propiedades inmobiliarias, en un texto rico en términos jurídicos"; al parecer, esa conjetura tiene como base principal, más que un análisis riguroso, exhaustivo y pormenorizado del texto, que no hemos encontrado por ninguna parte, una mala interpretación y peor lectura de algunas de las palabras más repetidas a lo largo del texto mismo, en especial las que aquí transcribimos como FELOINA y como -AMUNA, reinterpretadas respectivamente como Velthina y Afuna, así como una transliteración superficial que da a unos cuantos signos característicos unos "valores" manifiestamente erróneos pero bastante consolidados por interpretaciones filológicas anteriores y también erróneas o en muchos casos no  generalizables  (p. e.  valores  gráficos  tales como   = z ;   = m ;   = v ;   = ch ;   = s ; = f ;   = p ;   = h ;   = ch ;   = c, en todas las posiciones; etc), lo que ha producido necesariamente una de esas impronunciables "transcripciones-engendro" a las que nos hemos referido en la Introducción, todo ello con un uso bastante superficial y frívolo del método combinatorio y con una visión asimismo muy superficial de algunas cuestiones paleográficas fundamentales (que, p.e., pasa por alto los valores locales propios y autónomos de los signos alfabéticos de cada inscripción, como resultado de tanteos, deseos de distintividad localista y adaptaciones gráficas locales diacrónicas más o menos independientes entre sí). En cuanto a lo de "texto rico en términos jurídicos" (no se nos dicen cuáles puedan ser entre todas esas palabras de transcripción monstruosa e impronunciable), se puede estar medianamente de acuerdo, aunque tales términos -como veremos en nuestra traducción- tampoco son muchos (ya hemos visto uno de ellos: el posible uso de un préstamo griego, thésis, en su acepción técnicojurídica de "legado", aunque tampoco es descartable que se trate de un término propiamente etrusco, de similar origen indoeuropeo y con ese mismo significado).
Pero prosigamos con el resto de la inscripción.


........


La frase siguiente, FRASE 2, es de sencilla segmentación, pues necesariamente ha de extenderse entre las líneas 9 y 11 (separadas respectivamente de las líneas 8 y 12 por sendos espaciamientos amplios a mitad de renglón, sin escritura). Su análisis morfosintáctico tampoco parece especialmente difícil, aunque se complica un tanto por una serie de dificultades adicionales que en seguida veremos:

            9        AULEMI    FELOINAM    ARLINALC(U)L
Esquema de análisis morfosintáctico
           11        EK    L(A)C-MELIZ-LARO    AL(I)MAMUNEM

La palabra que tomamos como punto de partida para el análisis progresivo de esta frase 2 (y que aquí es la segunda palabra de la línea 9) nos es ya bien conocida por la frase anterior: FELOINAM, un acusativo singular femenino ("a la hija ..."). Puesto que no parece referirse a la hija mencionada y nominalizada en la frase anterior (ya que -como veremos- no hay indicios expresos que nos inclinen a suponer esa identidad), cabe pensar que o bien se trata de otra posible hija de la donante o bien de una hija de otra persona (ésta última es la posibilidad por la que de momento nos hemos inclinado y la que nos parece más productiva y más coherente con el resto de palabras de la frase, como veremos). En este último supuesto, es necesario que en las palabras más inmediatas se incluyan al menos dos datos identificativos relevantes: el nombre personal de esa "hija" (salvo quizá en el caso de que se tratase de una hija única) y un nombre que indique de quién es hija (es decir, un patronímico o un matronímico).

La primera palabra de la frase, AULEMI, podría ser ese patronímico que buscamos: "(a la hija) de Aulemo" (el nombre, por cierto, parece griego, lo cual no es nada raro en este texto, como hemos visto y seguiremos viendo, y debía de ser relativamente corriente, pues este mismo nombre personal aparece en alguna que otra inscripción etrusca). La morfología desinencial, sin embargo, no está tan clara, pues aunque en principio parece lo más lógico que pudiera tratarse de una forma de "genitivo" (relacionador nominal) en singular, con terminación -i, genitivo que funcionaría como complemento nominal de FELOINAM, el caso es que dicha terminación de genitivo es bastante atípica en las lenguas indoeuropeas occidentales conocidas (la encontramos, p.e., en el genitivo singular de la declinación latina, pero al parecer como innovación exclusiva del latín, desconocida en el resto del indoeuropeo); sin embargo, no puede descartarse del todo -con los datos que se tienen del resto del corpus de inscripciones etruscas, en especial las de tipo funerario- que también en etrusco pudiera existir una terminación -i de "genitivo" singular (en este mismo texto hemos de ver más adelante algún otro ejemplo más claro). Mucho menos probable, en cambio, es que esta forma AULEMI pudiera tratarse de una forma de dativo singular con terminación -i (dicha terminación de dativo o receptivo se encuentra atestiguada en el indoeuropeo occidental: por ejemplo en griego y en la declinación latina, y también en la lengua celtibérica según parece), aunque -como ya se ha dicho- es opinión bastante extendida entre los especialistas que en el etrusco no parece existir el caso dativo propiamente dicho, cuyas funciones las asumiría según los casos lo que ellos llaman el "acusativo definido" o el "nominativo o acusativo indefinido".

El nombre propio personal de esa "hija de Aulemo" sería entonces necesariamente la última palabra de la línea 9: ARLINALC(U)L (lectura que nos parece más probable y sobre todo más "pronunciable" que ARLINALZL o ARLINALZ(I)L, considerando los ejemplos precedentes y siguientes en que la grafía pudiera tener un valor fónico de labiovelar sorda al ir seguida de vocal U, si bien aquí no aparece expresa dicha vocal; de todas formas, las dificultades que plantea el grupo gráfico , como veremos por otros ejemplos del texto, distan mucho de estar resueltas con una u otra solución).

Por otro lado, el signo gráfico    (= li ), que aquí parece además corregido o enmendado, y sobre todo el grupo gráfico (que veremos más adelante, en la línea 18), plantea también dificultades de interpretación, especialmente cuando -como aquí- va precedido de sonante R, y es posible que deba leerse entonces más bien como -qui- (ARQUINALCUL), lectura que parece en todo caso más aceptable que esa rara sucesión de sonantes RL.

Morfológicamente, este nombre (ARQUINALCULA, ARKINALCLA) estaría presumiblemente en nominativo singular femenino (aunque en realidad no parece que vaya marcado con ninguna desinencia específica). Lo cierto es que la exacta función sintáctica de estas tres palabras de la línea 9 no hemos podido determinarla con la suficiente seguridad. Desde luego cabe la posibilidad (aunque nos parece bastante improbable) de que la palabra AULEMI fuera un "dativo" puramente receptivo (destinatario de la acción verbal) y que el verdadero Complemento Nominal de FELOINAM fuese el nombre ARQUINALC(U)L(A): "Para Aulemo, la hija de Arquinalcla,...", en lugar de nuestra primera hipótesis: "Para la hija de Aulemo, Arquinalcula,...", pero esa posibilidad, por lo menos a efectos puramente identificativos inmediatos a principio de frase, chocaría un poco con la tendencia general indoeuropea a colocar el complemento nominal o el complemento adjetival precediendo a su núcleo nominal respectivo, y tiene además el difícil inconveniente de la falta aparente de concordancia de caso entre ese supuesto "dativo" AULEMI y el núcleo de la supuesta aposición nominal a él referida (el "acusativo" FELOINAM), lo que resultaría bastante incongruente como forma de conexión nominal. Por lo demás, la posibilidad ya comentada de que la forma FELOINAM pudiera ser una forma común e indiferenciada de dativo-acusativo tiene una posible objección en la línea 16 de este texto, donde encontraremos lo que en principio parece ser una forma inconfundible de "dativo" singular de esta palabra: F E L O I N A T H U  ( a  no  ser  que  se  trate  en  realidad  de  la  forma  del  "genitivo"  singular). Más adelante hemos de ver todavía otra posibilidad morfosintáctica y semántica que podría solucionar (o acaso complicar más) algunas de estas dificultades de conexión nominal en esta problemática línea 9.

Muy probablemente el acusativo (o "acusativo-dativo") FELOINAM funcionaría aquí -como en la frase anterior- como Complemento Indirecto de un verbo transitivo (acaso construido también con "doble acusativo", de persona y de cosa, pero en todo caso con Complemento Indirecto y con Complemento Directo), por lo que tendremos que buscar entre las palabras siguientes un verbo transitivo en primera persona de singular, con desinencia -m (el sujeto continuaría siendo, según todas las apariencias, la propia donante, pero el verbo -según veremos- podría ya ser otro).

La búsqueda e identificación de ese verbo, indispensable para hacer progresar el propio sentido general de la frase, la hemos hecho por exclusión y por posición, y nos parece que necesariamente ese verbo ha de ser la última palabra de la frase (al final de la línea 11). El problema empieza en cierta dificultad (no insuperable) para separar y segmentar adecuadamente esa palabra-verbo, pues no viene distinguida aquí por punto diacrítico ni por separación gráfica visible. En principio, tanto podría ser ...MUNEM, como ...AMUNEM, o ...MAMUNEM, o ALMAMUNEM (las demás posibilidades parecen mucho menos aceptables, tanto por razones de combinatoria fonética como de extensión: OALMAMUNEM, RO-ALMAMUNEM, etc). Es preciso, sin embargo, identificar exactamente su verdadera segmentación, a fin de encontrar a este verbo una significación provisional que nos proporcione suficiente información para progresar en el análisis de esta frase transitiva básica, sin que se nos quede "estancada" en esos elementos mínimos esquemáticos más o menos evidenciados ya (Sujeto implícito de la frase anterior, supuesto Complemento Indirecto de persona, supuesto Complemento Directo de cosa no-identificado, y supuesto Verbo transitivo de significación no determinada). La comparación con otras palabras fonéticamente similares de otras lenguas indoeuropeas afines nos inclina a preferir la segmentación ALMAMUNEM, que acaso podría resolverse como AL(I)MAMUNEM (con una posible raíz ALIM- y una serie de sufijos y terminaciones verbales en general bastante admisibles para una lengua indoeuropea de estas características), tal vez relacionable con la misma raíz etimológica de las palabras latinas o itálicas alimentum, alimonium ("alimento") y alere ("alimentar"). El significado hipotético sería, por tanto, algo así como: "(yo) alimenté" o "(yo) he alimentado" o "(yo) he criado", donde el sufijo -amun- (que ya hemos visto en la frase anterior formando parte de un posible participio de pasado declinable: TLMUNAM) podría ser aquí la característica modal o temporal de una forma de pasado perfectivo (la desinencia -em, por lo demás, parece análoga al -eim de la frase anterior, aunque no es improbable tampoco que unida a ese sufijo -amun- en realidad marcase la forma desinencial verbal de la 1ª persona de plural, "hemos alimentado", acaso como plural retórico, y de hecho veremos una forma indudable de 1ª persona de plural en la línea 23, con sufijo desinencial -amun pero sin la terminación -em característica de singular; con todo, nuestro punto de partida es que esta forma verbal ALIMAMUNEM sería una forma de tiempo pasado y de 1ª persona de singular).

En cualquier caso, esta hipótesis tiene la ventaja de que aclara de modo bastante convincente y completo el significado más o menos conjetural del resto de los elementos de la frase (salvadas las dificultades iniciales de ese acusativo-dativo FELOINAM en su necesaria función de complemento indirecto de persona receptora de la acción verbal y ese problemático enlace del complemento nominal con su núcleo respectivo en el comienzo de la frase). Pero tiene también el inconveniente de que la propia continuidad lógico-semántica del supuesto significado verbal ("alimenté", "he alimentado") induce en principio a considerar el término FELOINAM y sus complementos adyacentes como el verdadero Complemento Directo del verbo ("he alimentado a la hija de Aulemo, Arquinalcla..."); sin embargo, como enseguida veremos por el propio contexto y por el análisis de los elementos restantes, el auténtico Complemento Directo no es éste, pues es posible reconocerlo e identificarlo de forma inequívoca en la línea siguiente (línea 10).

La primera palabra de esa línea 10 parece que puede leerse casi con toda seguridad como ENMI. En principio tal lectura no nos dice demasiado sobre su posible significado, pues no encontramos una correspondencia demasiado transparente con términos similares en otras lenguas indoeuropeas. Sin embargo, la propia combinación de esas dos consonantes líquidas -NM- resulta un tanto extraña dentro de una misma palabra, por lo que parece muy verosímil que tengamos aquí dos palabras distintas (EN MI), quizá también con una disimilación gráfica de la consonante final de la primera de ellas, similar a la que ya hemos visto en varios otros ejemplos de la frase anterior (M ... M N ... M). Pero la forma EN podría corresponder también a la conocida preposición indoeuropea (="en", "por"), aunque el único ejemplo en este texto sería el que hemos visto al final de la línea 7, que hemos considerado más bien como un distributivo, no como una preposición; la forma MI, a su vez, cabe relacionarla con la forma EM de pronombre personal de primera persona singular que ya hemos visto en la primera parte de la frase anterior (="por mí, de mí"), y en general con formas similares de este pronombre (en caso ablativo ="por mí") en otras lenguas indoeuropeas afines; en este supuesto, no habría aquí disimilación alguna, pues no aparecen en este texto disimilaciones gráficas de -n final, sino sólo de -m final ante m- o n- iniciales de la palabra siguiente. Pero tampoco nos parece nada improbable una supuesta forma originaria EMMI reduplicada por razones expresivas o enfáticas (procedimiento bastante habitual en las formas pronominales de algunas lenguas indoeuropeas antiguas, como es sabido), aunque aquí implicaría una disimilación gráfica dentro de una misma palabra, fenómeno que resultaría completamente inusual en este texto, a menos que se considere que esta forma reduplicada se percibía en realidad como una "palabra-doble" y en cierto modo como dos palabras distintas y contiguas. Nos quedamos, por tanto, con la conjetura EM-MI (disimilada en ENMI), sin descartar del todo la posibilidad de EN MI originario (aunque sólo sea por la propia afinidad semántica, pues ambas opciones pueden interpretarse con unos significados bastante similares); la conjetura adquiere mayor verosimilitud si tenemos en cuenta que armoniza bastante bien con el supuesto significado del verbo ("alimenté", "he alimentado") e incluso explicaría la propia elección del mismo, en una expresión enfática que provisionalmente podríamos traducir como "he alimentado por mí misma" (="personalmente", "en persona", "yo misma").

Sigue a continuación un grupo gráfico (o quizá  ), que no parece propiamente una palabra o lexema, sino más bien la expresión gráfica de un numeral. Más arriba hemos visto el signo gráfico para las decenas (X), similar al del sistema numeral gráfico romano, y por otras inscripciones etruscas de tipo funerario (con la edad del difunto) conocemos las variantes gráficas de otros signos de valor numérico:    o   (=10),    o    (=50),    (=5), etc. En este caso, la expresión numeral parece equivalente al numeral romano CII (=102), pues no parece muy probable que el signo pudiera ser una forma peculiar y exclusiva de esta inscripción (p.e. equivalente a 50, con lo que el numeral sería 52), ya que estos sistemas gráfico-numéricos probablemente se generalizaban bajo otros condicionantes distintos y con un mayor grado de uniformidad que las propias variantes alfabéticas locales. Lo principal, a efectos sintácticos y semánticos, es que este numeral es el elemento cuantificador referido al Complemento Directo de la frase, cuyo núcleo nominal necesariamente ha de ser la palabra o palabras inmediatas.

Inmediatamente después de este numeral sigue una o dos palabras (tal vez aglutinadas, o simplemente sin espaciamiento o separación gráfica entre ellas): OILM-CUNA (lectura que en principio nos parece más probable que OILM-ZUNA, precisamente por el posible valor fónico de labiovelar sorda de la grafía    seguida de u, que ya hemos comentado). La combinación gráfica -LMC- resulta tan extraña como impronunciable por sí sola, salvo si suponemos que la primera de esas tres consonantes se articulaba de forma epentética en determinadas combinaciones silábicas no acentuadas, sobre todo en palabras con un fuerte acento silábico inicial, según opinión generalizada entre los especialistas y bien confirmada por otras inscripciones. En principio podemos suponer provisionalmente una articulación OIL(I)M (como en otros ejemplos anteriormente vistos en la frase 1: TESM por TESIM, o MTEIM por MITEIM). No menos dudosa es la caracterización morfológica y sintáctica del lexema siguiente (-CUNA), ya sea que lo consideremos como un sufijo del lexema anterior o ya sea que se trate de un lexema nominal independiente (aglutinado o no); en el primer caso (un sufijo) no es imposible que pudiera ser una terminación o morfema de un plural o de un colectivo (-UNA), acaso de origen indoeuropeo o acaso procedente de alguna lengua de sustrato de tipo preindoeuropeo o caucásico (en determinadas lenguas semíticas, p.e., existe un morfema de plural en -una), y en principio no es descartable que en la lengua etrusca pudiera haber un morfema similar para formar sustantivos abstractos o quizá colectivos. Por otro lado, la terminación desinencial -a podría ser aquí la de acusativo plural neutro, típicamente indoeuropea; el término OIL(I)M, o tal vez OIL(E)M, podría ser entonces un complemento nominal de CUNA, o más bien del propio numeral, es decir, un "genitivo" plural de tipo partitivo (similar al anteriormente visto, agnathem, construido también sobre un supuesto numeral). Pero la interpretación, a falta de datos más precisos, no deja de ser necesariamente conjetural. Quizá podría relacionarse esa forma CUNA con el latín cuneus ("cuña"), tal vez con la significación genérica de "una cuña de 102...", "una punta de 102...", "un rebaño de 102...", siendo esos oilem los animales referidos y cuantificados por el numeral; pero no podemos ir mucho más lejos ni confirmar de momento este esquema mínimo de caracterización morfosintáctica de estas primeras palabras de la línea 10.

No menos problemáticas son las cuestiones semánticas que se plantean con la significación del lexema OIL(E)M. En principio no parece haber demasiadas dudas de que se trata del objeto directo de la acción verbal del supuesto verbo ALIMAMUNEM ("alimenté", "he alimentado"), referido a un conjunto de seres animados (probablemente animales de rebaño) cuantificados por el numeral gráfico que precede a esta palabra. Pero no sabemos con absoluta certeza a qué clase de animal doméstico y de rebaño se refiere exactamente. En un principio habíamos manejado dos hipótesis. La primera es que se tratase de "ovejas" (aunque ya hemos visto que en este texto se utiliza un término indoeuropeo mucho más común para designar a ese animal, un término basado en una raíz AGN- común al latín y posiblemente a otras lenguas itálicas); pero para la raíz OIL- no encontramos correspondencias inequívocas en otras lenguas indoeuropeas occidentales (en una breve inscripción céltica lusitana, relativamente conocida, e interpretada generalmente como una ofrenda votiva de animales, encontramos una forma AILAM, supuestamente en acusativo singular femenino, que suele interpretarse como alusiva a una "oveja", pero la interpretación es conjetural e incontrastable). Dejando al margen consideraciones contextuales extralingüísticas (p.e. lo aparentemente extraño de que la donante deje ese centenar de supuestas "ovejas" a esa "hija de Aulemo" y tan sólo seis o doce a su propia hija o ahijada, como veíamos en la frase anterior), no podemos pasar por alto la aparente incongruencia de que la donante (que es presumiblemente la propia señora de la casa) hubiera "alimentado personalmente" a ese supuesto centenar de ovejas de pasto, que como es sabido son animales que se alimentan por sí solos en el campo al cuidado de un pastor (y desde luego parece poco verosímil imaginar a la señora de la casa ejerciendo habitualmente de "pastora").

La segunda, y por ahora principal hipótesis, se basa en considerar que se trata en todo caso de animales pequeños de corral, no de ganado de pasto, es decir, de animales "de cebo" a los que se da una alimentación suplementaria para su engorde (cerdos, aves de corral, etc), de ahí la significativa expresión "he alimentado (o cebado) personalmente". El término OILEM por sí mismo tampoco nos saca definitivamente de dudas, pues no tiene correspondencia ni similitud fonética con otros términos indoeuropeos conocidos (p.e. con los términos comunes para designar al "cerdo"). Más bien parece ser un término propio (familiar y coloquial) de carácter metonímico y de origen seguramente onomatopéyico, formado sobre la imitación del gruñido o graznido característico del animal en cuestión (el "oil-oil" podría ser, según esta idea, una designación eufemística y coloquial del cerdo, lo cual no resulta incongruente ni con el número de estos animales consignado -una piara de 102 ejemplares- ni con el hecho de que puedan ser cebados personalmente por una persona que se ocupe cuidadosamente de ello, pues es sabido que los cochinillos o lechones de algunas especies porcinas, una vez destetados, han de ser alimentados con cierto cuidado durante un tiempo para evitar que "revienten" al ingerir ad libitum más alimento del que necesitan para su normal desarrollo). Pero también es probable (e incluso más probable) que se trate en realidad de aves de corral, en cuyo caso el propio término designativo onomatopéyico ("oil-oil"), y algunos detalles sobre su alimentación que veremos en las palabras siguientes, parecen indicar que pudiera tratarse de "ocas" o "gansos domésticos"; el número parece quizá algo elevado (si es que el numeral citado consigna realmente 102 ejemplares, y no p.e. 52 o incluso 22) pero no es en absoluto inverosímil para una explotación avícola de mediano tamaño; incluso el hecho de que la propia señora de la casa supervisase personalmente su sobrealimentación es desde luego mucho más propio que si se tratara de una piara de cerdos (recordemos el caso de la protagonista femenina de la Odisea homérica, la heroína Penélope, que cuidaba personalmente de sus veinte ocas favoritas alimentándolas con mendrugos de pan mojados en agua o en leche); por lo demás, la domesticación del ganso -y su sobrealimentación forzada para provocar la hipertrofia de sus sabrosos hígados (el "foie-gras")- ya era conocida y practicada en las civilizaciones mediterráneas antiguas: en una pintura mural egipcia de Sakkarah, por ejemplo, se ve a unos criados alimentando forzadamente una a una a un grupo de ocas haciéndoles tragar los higos depositados en unas mesas y cestos. En realidad, el posible origen onomatopéyico de esa raíz OIL- parece apuntar más bien a aves que a cerdos; en latín tenemos algunos ejemplos onomatopéyicos referidos casi siempre a aves, más que a mamíferos: por ejemplo bubo (bu-bo, "búho"), o ulula ("lechuza", de donde deriva también el término ululatus, "alarido"), nombres ambos derivados de la imitación y adaptación lingüística del grito respectivo de estas aves nocturnas. Por otro lado, la supuesta acepción con que hemos traducido provisionalmente el lexema CUNA -"cuña", "punta", "bandada" (cf. latín cunea)- también parece más admisible para una bandada de ocas (los gansos salvajes, en efecto, vuelan siempre en formación en "cuña") que para cualquier otra clase de animales de rebaño.

Las dos palabras siguientes en esta misma línea 10 y en el comienzo de la línea 11 las leemos e interpretamos ZENU EK LC. Algunos paralelismos fonéticos pudieran llevar a considerar que la palabra ZENU es similar al diminutivo ZEGNUL(U) anteriormente visto en la frase 1 (="signo", "marca"), que aquí iría seguido de la ya conocida preposición EK y de una supuesta grafía LC que indicaría la marca en cuestión. Sin embargo, lo que se lee claramente en la inscripción (y perfectamente acotado por sendos puntos diacríticos separadores de palabra) es ZENU (no ZEGNU),  y  resulta poco verosímil  que   el  escriba  olvidase  escribir la grafía   delante  de  la   (  , como en el ejemplo de la frase 1), y todavía resultaría aun más extraño que al repasar y leer la escritura completa del texto no reparara en esa errata y no la corrigiese; por otro lado, en las líneas 19 y 24, encontraremos lo que sin duda representan abreviaturas de esa palabra: ZNL, e.e., Z(EG)N(U)L(U). Creemos, por tanto, que ZENU no es una errata o una variante de ZEGNU (latín signum) ni tampoco una nueva abreviatura, sino una palabra distinta y correctamente escrita, que con bastante probabilidad es equivalente al término latino sinus ("seno", "regazo"), aquí en una supuesta forma desinencial de "ablativo-locativo" en -u, similar al yularu que hemos visto en la frase 1. Este significado, además, es perfectamente congruente con lo provisionalmente traducido hasta ahora: "he cebado personalmente en el (=mi) regazo una punta de 102 ocas..." (la propia expresión "en el regazo" armoniza también mucho mejor referida a ocas u otras aves de corral que a cochinillos, pues parece aludir a la forma tradicional de sobrealimentar a las ocas o gansos domésticos, a saber: colocándolos uno a uno entre las piernas y sujetándoles el cuello y la cabeza con una mano mientras se les suministra a la fuerza con la otra el alimento a través de un embudo o directamente en el pico).

La preposición EK ( ) es claramente reconocible, aunque va seguida inmediatamente, sin espaciamiento ni punto diacrítico separador, de las grafías LC. La segunda de estas grafías ( ) presenta algunas rayaduras que dificultan un poco su lectura (podría pensarse que representa una koppa griega, , pero este signo sería excepcional en el texto, por lo menos con valor fonético, pues ya hemos visto que se utiliza un signo gráfico parecido a la koppa en el numeral antes mencionado); con todo, lo más probable es que originariamente se tratase de una   seguida de punto diacrítico. El problema principal (descartando de momento que pudiera tratarse de un signo distintivo o marca de ganado, sin valor fonético) reside en cómo hemos de leer y de vocalizar esas dos letras  . Ya hemos visto que el valor más frecuente de la grafía   es el de [ z ], es decir, el de (s) sonora; pero también sabemos que la   en esta inscripción puede tener un valor fónico de labiovelar sorda cuando va seguida de vocal velar [ u ], como hemos visto en CULLIU ( ), y acaso también en el grupo gráfico en final de palabra, con o sin supuesta vocal velar de apoyo: Arquinalc(u)l. Nuestra hipótesis es ahora que quizá la pudiera tener un valor velar sordo propio en posición implosiva final de palabra. En este supuesto, la conjetura para esta problemática forma sería una lectura LAC [ lak ] (la falta de vocalización expresa podría explicarse por tratarse de un monosílabo y de una palabra habitual y frecuente). El término LAC, en efecto, sería equivalente al latín lac lactis, "leche", aquí quizá -si suponemos que se trata del alimento básico de esas supuestas ocas- con la acepción específica de "leche cuajada".

El problema siguiente es determinar el régimen de la preposición EK, es decir, a cuál de esas dos palabras (ZENU, LAC) rige dicha preposición. En principio, nos inclinamos a pensar que podría estar pospuesta a la palabra anterior (ZENU EK = "en el regazo"), pues con ello especificaría su sentido locativo (sentido que ya hemos visto en un ejemplo de la frase 1: EK YULARU, "en el cuello", aunque allí aparece precediendo a su régimen, no pospuesta a éste). La otra opción, precediendo a LAC, nos daría un sentido más bien instrumental (="con", "por medio de", "mediante"). En todo caso, prescindiendo de estos detalles sintácticos, la traducción no varía mucho en el plano estrictamente semántico, pues está claro que estamos ante dos "ablativos" o expansivos circunstanciales (uno necesariamente locativo: ZENU, y el otro instrumental-modal): "he cebado yo misma personalmente, en mi regazo, una punta (=rebaño) de 102 ocas, con leche...". El problema ahora es que el supuesto lexema L(A)C, a diferencia de la palabra ZENU, no presenta una flexión que pueda considerarse como desinencia de ablativo, sino que más bien parece no flexionada, con lo cual, si en verdad forma parte de un lexema que funciona como Complemento Circunstancial instrumental-modal, como parece pedir el contexto, esa función deberá estar especificada claramente por los lexemas siguientes inmediatos. O éso, o el supuesto lexema L(A)C no es tal y habría que considerarlo como un signo o marca sin valor fonético ni léxico (LC).

La solución (por lo menos provisional) podría ser considerar que ese lexema LAC sería parte integrante del sintagma siguiente, que es el que le prestaría esa caracterización morfosintáctica que por sí solo no puede tener al no estar flexionado con desinencia específica (quizá haya que considerarlo conectado al sintagma siguiente en alguna forma de aglutinación gramatical que desconocemos, o tal vez -en determinados casos- la flexión bastaría especificarla tan sólo en alguno de los términos adyacentes). El lexema siguiente, inmediatamente anterior al verbo ALIMAMU-NEM, constituye el penúltimo elemento sintagmático de esta frase y puede leerse como MELIZLARO ( ), posiblemente segmentable a su vez en dos lexemas distintos:    MELIZ-LARO.    Preferimos    la    lectura    del    signo         como   [ m ],   apoyada  por las   lecturas   hipotéticas   anteriormente   vistas y  suficientemente   contrastadas:  TLMUNAM, MUMLERI  ( ), en lugar de otras lecturas comúnmente atribuidas a este signo labial    en otras inscripciones (=p, b), por muy sugestiva que pudiera parecer una posible lectura PELIS, comparable con el latín pellis "piel" (aunque las correspondencias fonéticas son más problemáticas de lo que a primera vista parece) y en relación con esa supuesta errata ZE[G]NU (="signo","marca") que antes hemos considerado como segunda opción interpretativa de todo este sintagma (en el que LC sería esa supuesta "marca" de los animales referidos).

Creemos, por tanto, que la transcripción más verosímil y probable de todos estos sintagmas sería: ZENU-EK L(A)K-MELIZ-LARO, y sólo como alternativa o posibilidad secundaria podría considerarse también una transcripción ZE[G]NU EK LC PELIZ-LARO (referida en ese caso a una supuesta marca LC pintada o grabada en la piel de esos animales, que en tal caso serían mamíferos de alguna especie doméstica, no aves; tampoco puede descartarse en este caso una posible segmentación PELI-CLARO, interpretable como "en la piel limpia" o algo así, es decir, que si se trata de "ovejas" la marca en cuestión no estaría pintada en la lana, sino grabada por debajo de ésta, en la piel desnuda).

Con todo, nos quedamos con la primera hipótesis, y conforme a ésta consideramos que la expresión MELIZ-LARO podría ser complementaria del lexema L(A)C, y su significado aproximado sería en tal caso bastante transparente con ayuda del método comparativo: MELIZ, en efecto, es análogo al latín mel mellis, "miel", común también al griego y a otras lenguas indoeuropeas; LARO (aquí posiblemente con terminación -o de ablativo instrumental) podría ser equivalente al adjetivo griego larós (="endulzado"), quizá un préstamo directo del griego al etrusco de esta zona. Con ello tenemos ya, de forma conjetural -como siempre- pero muy verosímil, la traducción provisional más probable de todas estas expresiones relacionadas: "He cebado personalmente en mi regazo una punta de 102 ocas, con leche (cuajada) endulzada con miel" (este alimento apunta una vez más a "ocas" o "gansos", con preferencia a cerdos o a cualquier otro animal de cebo).

Tenemos ya completado todo el análisis provisional morfosintáctico y semántico de esta frase 2, bastante más conjetural en sus elementos que la frase 1, como puede verse, pero con todo perfectamente coherente y verosímil. Y la traducción -asimismo provisional- quedaría como sigue (en negrita las partes más seguras y definitivas):

           Para la hija de Aulemo, Arquinalcla,
           he cebado personalmente en mi regazo
           con leche (cuajada) endulzada con miel
           un rebaño de 102 ocas
           (...)

Visto ya todo lo relativo a esta frase 2, es necesario que comentemos todavía otra posibilidad de análisis y de traducción para la primera parte de esta frase, y que debe ser considerada y comentada como tal en cuanto que parece solucionar algunas de las dificultades morfosintácticas inicialmente surgidas. Se basa principalmente en otra interpretación de la última palabra de la línea 9 (el nombre ARQUINALCL) y de la primera de la línea 10 (ENMI). La segmentación alternativa podría ser un sintagma formado por tres palabras (ARQUINAL CLEN MI), que funcionaría como Complemento Nominal del núcleo del Complemento Directo (FELOINAM). La interpretación se basa en considerar las últimas letras de la línea 9 y las primeras de la 10 como una misma palabra: CLEN. Esta supuesta palabra podría ser la misma que aparece en numerosas inscripciones etruscas de tipo funerario (sobre todo en la variante CLAN), una de las pocas palabras etruscas a la que la mayoría de los especialistas se atreven a dar un significado concreto, coincidiendo en que se trata de un término de parentesco con la significación de "hijo". Probablemente se trataría en realidad de un término de origen indoeuropeo (cf. el griego kalein ="llamar", kalós ="llamativo", "hermoso", el germánico kálan ="llamar", el celta káltai o kéltai ="los renombrados", "los famosos", etc); en la lengua etrusca, o al menos en muchas de sus inscripciones funerarias, el término clan -por alguna razón- habría terminado por prevalecer y sustituir a los términos indoeuropeos comunes para "hijo", relegados a la lengua coloquial y familiar, tal vez en un cambio semántico que derivó en una forma metonímica, culta y solemne del tipo "el renombrado de...", "el llamado de...", "el reputado de..", "el que se dice de...", "el apellidado de..." (="el hijo de...), aunque sin desplazar del todo a esos otros términos comunes generalizados (uno de ellos, con la inequívoca significación de "hijo", lo encontramos también en esta inscripción: GNASU, similar al latín gnatus o al celta gnatos). En cuanto a la supuesta palabra ARLINAL, parece que pudiera tratarse del nombre propio de ese "hijo" (Arlina o Arlin), seguido de un sufijo -al muy común en las inscripciones etruscas para formar derivativos o quizá casos oblicuos de la declinación nominal (tal vez casi con valor gramatical de verdadero "genitivo") y que en lenguas como el latín se especializó exclusivamente como sufijo adjetival para formar adjetivos derivativos (-alis, -ale). Bajo esta hipótesis ha de considerarse asimismo que la palabra MI es, en efecto, un pronombre personal de 1ª persona en singular (="de mí") con valor de posesivo (="mi, mío"). Con esta interpretación, la traducción, que sólo cambia un poco con respecto a la anteriormente propuesta, quedaría entonces así:

           "Para la hija de mi hijo Arlina, Aulemi,..."

Por último, el nombre propio AULEMI podría estar en un caso recto o nominativo (ya vimos un ejemplo similar de uso desplazado de nominativo en el nombre personal Zeleuza de la frase 1, y más adelante veremos algunos supuestos ejemplos de nominativos femeninos en -i), pero para salvar las dificultades que plantearía su enlace morfosintáctico con el acusativo-dativo FELOINAM, que es a quien el nombre AULEMI nominaliza, lo más lógico sería que AULEMI fuera también una forma de acusativo-dativo.

De todas formas, esta interpretación alternativa no está exenta tampoco ni mucho menos de dificultades en esa supuesta palabra CLEN, entre ellas la de tener que admitir un valor fónico [ kl ] para el grupo inicial , que es bastante discutible en otros lugares del texto, o la particular diferencia neta con la forma CLAN, predominante en otras inscripciones etruscas; y, por otro lado, parece incongruente también que apenas unas pocas líneas más abajo se utilice el término GNASU (ni CLEN ni CLAN) con el inequívoco significado de "hijo".

Con todo, y aunque de momento preferimos la primera hipótesis y la traducción anterior propuesta, era necesario no pasar por alto esta segunda posibilidad de interpretación, a fin de no dejar de considerar todas las posibles opciones interpretativas más lógicas en el análisis exhaustivo del texto.


........


La siguiente "unidad autónoma completa de segmentación textual" (FRASE 3) comienza indudablemente en la línea 12 de la inscripción, pero su final o cierre (al igual que en las restantes frases que veremos después) no está tan evidenciado gráficamente como en las frases 1 y 2 anteriormente vistas, pues a partir de ahora ya no aparecen en los respectivos renglones espaciamientos o huecos sin escribir que las separen netamente. Como criterio inicial distintivo, sin embargo, hemos escogido para la segmentación de ésta y de todas las demás frases restantes una hipótesis que ha resultado ser bastante productiva y que se basa en uno de los términos más repetidos y significativos de este texto: la palabra FELOINA (="hija"). En efecto, considerando por lo visto hasta ahora que la inscripción parece referirse a una serie de legados testamentarios destinados a las "hijas" de determinadas personas (incluida la hija o ahijada de la propia donante), conjeturamos que cada frase debería de contener el término FELOINA no más de una vez, de manera que esta palabra (que va apareciendo repetidamente a lo largo del texto) va marcando los límites aproximados de cada frase dentro de unos márgenes oracionales que pueden ser fijados luego de forma más aproximada por otros detalles morfosintácticos. Así pues, en esta frase 3 encontramos la palabra en cuestión al final de la línea 13 (declinada como FELOINA-THIN), y volvemos a encontrarla al final de la línea 15 y comienzo de la 16 (FELOINATHU), que pertenecería ya a la frase siguiente (frase 4). La frase 3 que ahora nos ocupa se extendería, por tanto, como máximo, desde el comienzo de la línea 12 hasta el final de la línea 15.

La segunda hipótesis que nos ha permitido orientar el análisis morfosintáctico y semántico de esta frase 3 ha sido la primera palabra de la línea 12, que aquí transcribimos provisionalmente como Z(E)LENO-UNYUL-OE, considerando que la última parte de este sintagma (OE) correspondería muy probablemente a una interjección etrusca que funcionaría básicamente como marca de vocativo, y que como tal aparece perfectamente documentada en otras inscripciones etruscas (pospuesta al nombre invocativo, como aquí) e incluso se encuentra también en la lengua umbra conservada en las llamadas Tablas Iguvinas (antepuesta al nombre invocativo, como ocurre también en latín con esta clase de interjecciones invocativas o de llamada: lat. , la más generalizada literariamente). En latín, en efecto, se encuentra la interjección (="oh!","eh!") delante de vocativos, y tanto su forma como su generalización se deben seguramente a la influencia literaria griega (que utilizaba una interjección similar precediendo a vocativos). Pero hay otra interjección latina, menos usada literariamente, que tiene la forma gráfica h (="¡eh!", "¡oye!"), tan cercana fonéticamente a esta posible interjección etrusca que aquí nos ocupa que podríamos decir que se trata básicamente de la misma interjección.

En este sintagma, el nombre propio personal que de ordinario aparece como vocativo junto a este tipo de interjecciones ha de ser muy probablemente el lexema que precede a dicha interjección: Z(E)LENO-UNYULU, que conjeturamos que está formado por un solo término, compuesto de dos nombres. Preferimos de momento la transcripción provisional del grupo inicial como Z(e)LE o Z(i)LE, y no como KLE o CLE, habida cuenta de que parece tratarse de un nombre de tipo "parlante", posiblemente femenino, acentuable en su segunda sílaba (de ahí la síncopa vocálica gráfica inicial), y reinterpretable léxicamente con ayuda comparativa de otras lenguas indoeuropeas afines como el latín o el griego (p.e. el griego selene, "luna", o Silenos, "sileno" o "sátiro", y el latín úngulum, "uña", "pezuña"), en un sintagma tal vez traducible como "pezuña de Sileno" o quizá "uña de la luna" (="cuarto creciente"), pero en todo caso representativo de un nombre personal de mujer (sin patronímico), como se ve por el contexto siguiente.

Estas dos hipótesis aproximativas nos permiten no sólo la segmentación general de la frase, sino también un esquema provisional de su estructura morfosintáctica más probable, cuyo Sujeto podría ser -en principio- precisamente ese supuesto nombre personal invocativo.

El posible Verbo de esta frase 3 lo tenemos con mucha probabilidad hacia la mitad de la línea 13, en la palabra MUMLE, sin duda relacionada con el término MUMLERI (= MUMLERI) que ya hemos visto en la frase 1. Aquí, la terminación -e nos pone sobre la pista de una posible forma de imperativo (la desinencia -e de 2ª persona singular del imperativo presente está, en efecto, bastante generalizada en otras lenguas indoeuropeas antiguas, como es bien sabido), y además es la forma verbal que cabría esperar en una frase cuyo sujeto fuese un vocativo (una 2ª persona singular). En la frase 1 hemos dado a ese verbo una significación aproximativa equivalente a la del verbo latino memorari (="recordar"), forma con la que parece compartir evidentes correspondencias fonéticas (el propio carácter "flojo" de las sonantes en el etrusco de esta inscripción, del que ya veremos otros ejemplos en este texto, podría explicar esas alternancias m/l con respecto al latín). La traducción provisional y aproximativa de esta primera parte de la frase quedaría más o menos así:

"¡Eh, Slenoúnyula (o Clenoúnyula), acuérdate (=no te
olvides de, recuerda a
)..."

La propia naturaleza morfológica y semántica de esta presunta forma verbal nos indica que estamos probablemente ante una frase transitiva típica (S+ CD + V), con un necesario Complemento Directo dependiente de ese Verbo (un C.D. posiblemente en caso acusativo con desinencia -m, si dicho complemento es singular). El esquema de análisis morfosintáctico provisional de las dos primeras líneas de esta frase podríamos representarlo así:
Esquema de análisis morfosintáctico
El CD parece que sólo puede ser el sintagma PALAM YIEKM, con desinencia -(a)m típica de acusativo singular femenino. El núcleo de este CD parece ser la palabra YIEK(A)M, que en el texto original es YIEKN, con la habitual disimilación gráfica de -M final en -N ante la M- inicial de la palabra siguiente, y que casi con toda seguridad podemos relacionarla con el término latino equa (="yegua"), de raíz etimológica indoeuropea. La palabra anterior (que sin duda ha de leerse como PALAM, no como MALAM, ya que en este último caso probablemente se hubieran empleado más bien la grafías , -como en ALMAMUNEM, , de la frase anterior-) es con seguridad un adjetivo adnominal complementario; no le encontramos correspondencia en latín, pero de forma conjetural y aproximativa podemos relacionarlo verosímilmente con el adjetivo griego palaiós, fem. palaiá, "viejo", "antiguo". La traducción podría ser: "...acuérdate de la vieja yegua...".

La palabra FELOINATHIN, al final de la línea 13, es con seguridad un dativo, con desinencia -thin, como se confirma por el contexto siguiente (lo que demuestra la existencia morfológica de este caso en el etrusco de esta inscripción, al menos en plural), y sería el Complemento Indirecto o receptivo de la acción verbal. La traducción provisional completa de estas dos líneas (12 y 13) quedaría más o menos así:

"¡Eh, Slenoúnyula! Acuérdate de (mi) vieja yegua, para
las hijas..."

Es evidente que la frase no termina aquí y que lo que hemos traducido es tan sólo la oración principal. El hecho mismo de que el verbo no esté colocado al final, cerrando la frase, parece ser también una evidencia sintáctica de que la frase continúa con una oración subordinada (probablemente, como en seguida veremos, una oración subordinada adjetiva o de "relativo", cuyo antecedente en la oración principal debería ser precisamente la última palabra de ésta, es decir, el dativo FELOINATHIN).

La hipótesis de que las líneas 14 y 15 contienen esa posible oración subordinada de relativo no sólo es la más verosímil y lógica, sino también la de mayor rendimiento interpretativo, pues es prácticamente la única que permite avanzar en la segmentación de las palabras siguientes y en la aclararación morfosintáctica y semántica de cada uno de los elementos de esta oración subordinada.La transcripción provisional de esas líneas 14 y 15 es la siguiente:

           14          OAZ-A    GEGNU-NIZ-LE    GNASU

           15          NAKER   M(I)RAN-Z(I)ILO-PAL-M(I)TI

Siguiendo dicha hipótesis, en efecto, no es ya demasiado difícil identificar el supuesto pronombre relacionador en la primera palabra de la línea 14, OAZ-A, que aunque no parece derivado de la forma indoeuropea más común que dió origen al pronombre relativo en lenguas como el latín (cf. qui, quae, quod) o en determinadas lenguas germánicas (gótico hwas, inglés what, etc), no cabe duda de que está relacionado con otras formas pronominales con origen asimismo indoeuropeo (especializadas sobre todo como demostrativos: cf. lat. is ea id ). Sabemos que aquí este pronombre relativo-demostrativo etrusco tiene que estar en género femenino y en número plural (pues femenino y plural es su antecedente en la oración principal: el supuesto "dativo" FELOINATHIN), pero la terminación o desinencia -a resulta extraña (precisamente porque es la terminación indoeuropea más generalizada para el neutro plural o para el nominativo singular de determinados temas femeninos). Ello lleva a suponer, sin desechar tampoco la posibilidad de que en la lengua etrusca se hubiera generado por circunstancias evolutivas propias una desinencia -a o -za de femenino plural por lo menos en este pronombre demostrativo-relativo, que lo más lógico sería que la verdadera segmentación de este pronombre fuera OAZ (con terminación -as de acusativo plural femenino, típica también del latín y del griego) y que esa -a final de la supuesta forma OAZA corresponda en realidad a la palabra siguiente (A-GEGNU), que es en nuestra hipótesis una forma verbal de pasado, donde esa a- constituiría una especie de "aumento" vocálico verbal que también se da en otras lenguas indoeuropeas conocidas (sin embargo, esta cómoda hipótesis del aumento verbal en a- supondría de hecho la conservación de esa primera -g- intervocálica de la palabra, en contradicción con esa "regla fonética" a propósito de la "caída" de -g- intervocálica, como ya hemos verificado en ejemplos anteriores: egu > eu, a no ser que pensemos que ese hipotético desarrollo del aumento en a- en determinados tiempos verbales de pasado pudo ser una innovación o un desarrollo morfológico reciente en la lengua etrusca de esta inscripción, posterior en todo caso a la vigencia de ese fenómeno fonético generalizado de la caída de -g- intervocálica).

Sea como fuere (pues una u otra segmentación no variaría en nada nuestra propuesta de "traducción"), lo principal aquí es la hipótesis de que esta palabra (GEGNU o AGEGNU) sea precisamente el núcleo verbal de esta supuesta oración subordinada de relativo, sobre todo porque su posible significado parece bastante congruente con el propio sentido de las palabras que aquí funcionan como antecedente y como relativo, respectivamente (FELOINATHIN y OAZ-A: "para las hijas que...", "para esas hijas que..."), y porque el término GEGNU (o quizá AGEGNU) parece de hecho bastante transparente en dicho significado, pues es perfectamente relacionable en su forma fonética y semántica con el verbo latino gignere, "engendrar" (la correspondencia fonética entre esa e etrusca y la i de la forma latina es una de las más regulares y seguras en todo el texto, como ya hemos visto en otras palabras, y lo es asimismo la persistencia invariable del grupo gn en ambas lenguas). Más conjetural es la terminación o desinencia de esta supuesta forma verbal, que posiblemente lo es de 2ª persona de singular de un tiempo de pretérito: "(tú) engendraste", referida al sujeto de la frase. En principio, hemos supuesto que esa desinencia verbal es la -u final de GEGNU o AGEGNU, pero no podemos descartar que deban incluirse en ella algunas letras de la supuesta palabra siguiente: p.e. GEGNUN o quizá GEGNUNI o incluso GEGNUNIZ. Esta suposición de que la forma verbal lo es de 2ª persona singular la sugiere en principio el propio contexto, pero sobre todo lo veremos aclarado y confirmado en la frase siguiente.

Con ésto tenemos ya una "traducción" parcializada y aproximativa de la oración principal y de los elementos nucleares de esta oración de relativo, que quedaría más o menos así:

"¡Eh, Slenoúnyula! Acuérdate de mi vieja yegua para (dársela a)
las hijas que engendraste..."

El resto de los elementos de esta frase 3, una vez aceptada esta hipótesis y este reconocimiento del verbo y del complemento directo pronominal de la oración subordinada de relativo, resultan mucho menos complicados de identificar y de "traducir", al menos desde la propia consecuencia lógica, gramatical y semántica de lo ya analizado y conocido.

Las dos últimas palabras de esta línea 14 las hemos segmentado hipotéticamente como NIZLEI GNASU. La segunda (GNASU) parece relacionable con el término latino gnatus y con el celtogalo gnatos ("hijo", "descendiente", "nacido"), aquí probablemente en un caso de "ablativo" de origen o expansivo separativo (la terminación -u ya la conocemos en "ablativos"-locativos en singular: p.e. en EK YULARU, ZENU EK, CULLIU). El término NIZLE sería entonces el Complemento Nominal ("el hijo de N."), y parece que su terminación en  -  sería de genitivo  (cf. el nombre AULEMI de la frase anterior), aunque tampoco puede descartarse que se tratase de un dativo, de los llamados "de relación", con un significado muy cercano al del propio genitivo. En realidad, la segmentación exacta del principio de este nombre es problemática, pues dependerá de la segmentación que se haga de la palabra anterior y de su supuesta terminación verbal, con lo que el nombre podría ser IZLEI o incluso CLEI (el grupo gráfico , a comienzo de palabra, también plantea problemas de transcripción, pues de momento no sabemos con absoluta certeza si hay que leerlo como [ sl ] o como [ kl ]: NIZLEI-NICLEI). Con todo, la traducción provisional de esta oración de relativo no deja ya demasiadas dudas: "...(para las hijas) que engendraste del hijo de Nizleo".

La última parte de esta frase 3 viene introducida por una partícula relacionadora que ya conocemos desde la frase 1 (final de la línea 5): NAKER (="es decir", "ésto es", "o sea", "que", "las cuales", "de las cuales", "para las cuales"), y que no hay duda de que introduce los nombres propios personales de esas referidas "hijas"; la relación sintáctica exacta es más problemática, pues no sabemos con certeza si hemos de entender la partícula como introductoria relativa-explicativa, "que (son)...", "es decir...", o como relativa-especificativa: "para las que (o de las que) (su nombre es)...". Lo que sigue son tres nombres personales femeninos (quizá cuatro, todo lo más) cuya segmentación exacta no es del todo segura, pues hay algunos signos difíciles de establecer sin una adecuada comprobación de visu. Provisionalmente los leemos e interpretamos como M(I)RAN, Z(I)LILOI o Z(I)LILON o ZILOI o ZILON (o quizá CLILOI o CLILON), IPALM(I)TI (o tal vez PALMITI). Tampoco sabríamos precisar si se trata propiamente de nominativos o más bien de genitivos o incluso de dativos, dependiendo del sentido especificativo o explicativo que haya de darse a la partícula de relativo NAKER, como ya hemos visto.

La traducción provisional de toda esta frase 3, prácticamente segura en su sentido más general, y bastante congruente con todo lo que ya hemos visto en las frases anteriores, quedaría más o menos así:

           "¡Eh, Slenoúnyula! Acuérdate de mi vieja yegua para
           las hijas que engendraste del hijo de Nizleo, es decir,
           (para) Miran, Z(i)lilon (y) Palmiti "


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La segmentación de la FRASE 4 no plantea problemas, pues se confirma que tanto esta frase como las siguientes incluyen siempre la palabra FELOINA (="hija") en cada una de ellas, lo que sirve también para conocer los límites de cada segmento fraseológico. Tampoco resulta problemática la identificación de las palabras en esta frase 4, pues varias de ellas han aparecido ya en las frases anteriores y, en los demás casos, aparecen deslindadas por el punto diacrítico separador:

           FELOINATHU  NAKER  GENELIM  GNASU  AZNINA  ZLELAMUNA

La forma  FELOINATHU  parece ser en principio o bien una forma de "dativo" singular ("para la hija...") o bien -más probablemente- una forma de genitivo singular ("de la hija..."). En esta hipótesis, el paso siguiente es encontrar el nombre propio personal de esa "hija" y el patronímico o matronímico que la identifique. Sin embargo, como veremos, en esta frase no hay ni uno ni otro (ni nombre personal identificativo ni nombre del padre o de la madre), o por lo menos es claro que no lo son ninguna de las palabras siguientes (ninguna de las cuales presenta concordancias morfosintácticas con  FELOINATHU  que permitan identificarlos como tales). La explicación de esta extraña carencia la tenemos en la propia naturaleza de la frase, que incluye sin duda una especie de oración de relativo especificativa introducida por la conocida partícula relativa NAKER (al parecer, según lo hasta ahora visto, invariable en número y quizá también en género), cuyo antecedente sería precisamente el supuesto dativo o genitivo FELOINATHU: "Para (o de) la hija que...", o bien, con un sentido explicativo: "Para (o de) (mi) hija, es decir, la que...".

La palabra GENELIM tiene todo el aspecto de ser el verbo de esta oración subordinada de relativo, y su terminación -im nos indica una primera persona de singular (la propia donante) y probablemente un tiempo verbal de pasado. Su significado, por lo demás, parece contextualmente bastante transparente, sobre todo si lo relacionamos con el verbo latino generare, "engendrar", análogo también a gignere (las correspondencias fonéticas parecen claras, incluida esa mutación L/R que ya hemos visto anteriormente en la palabra MUMLERI o MUMULERI, similar al latín memorari ). La primera parte de la frase, de forma bastante segura, podría traducirse así: "Para (o de) la hija que he engendrado (o que engendré)".

La palabra siguiente, GNASU, ya la conocemos por la frase anterior (y con la misma terminación de posible "ablativo" de origen), de modo que la traducción podemos hacerla progresar un poco más y con bastante seguridad: "Para (de) la hija que engendré del hijo...". Del propio contexto, y de la imposibilidad morfológica de que puedan conectarse directamente con este GNASU las dos últimas palabras de la frase, se puede deducir que este "hijo" es el mismo "hijo de Nizleo" mencionado en la frase anterior (y presumiblemente el mismo Gnewa Lavin aludido en la frase 1); de ahí que no se necesiten explicitar más detalles nominales para identificarlo, como si dijera: "del mencionado hijo", "del referido hijo", "del susodicho hijo", "de ese hijo", "de ese mismo hijo" (quizá este término GNASU, con el significado de "hijo", tuviera un uso menos cultista o menos "literario" que el término clan preferido en las inscripciones funerarias etruscas, pero quizá también menos coloquial que el término análogo al femenino feloina y correspondiente al latín filius, como si se dijera -p.e.- "vástago" o algo similar, lo que tal vez explicaría también por qué ese término GNASU, utilizado en la frase inmediatamente anterior, no necesita en ésta de mayores precisiones y especificaciones).

La significación de las dos últimas palabras de la frase es mucho más hipotética, pero en todo caso nos inclinamos por suponerlas dos palabras morfosintácticamente conectadas, como Sujeto de la oración principal (ambas en nominativo femenino de singular): AZNINA ZLELAMUNA (por lo mismo, hay que descartar que cualquiera de ellas pudiera ser ese nombre personal identificativo de esa "hija" mencionada). La primera de ellas, AZNINA, con bastante probabilidad, podría relacionarse con el latín asina (="asna", "burra"), aquí con sufijo -ina, seguramente diminutivo (="borriquilla"). La palabra siguiente, ZLELAMUNA, con el conocido sufijo adjetival-verbal -amuna, podría ser un adjetivo femenino, muy probablemente relacionado con el término  griego zlos ("celo", "ardor", "admiración"), y que aquí tendría el significado de "admirable", "envidiable", o también "ardorosa", "celosa", "envidiosa", etc, referido sin duda a esa borrica. Aquí, este adjetivo o participio, ZLELAMUNA, parece designar no una mera cualidad descriptiva del referido animal (cualidad que sería bastante irrelevante y demasiado subjetiva a efectos descriptivos en un texto como éste), sino más bien -muy probablemente- el propio nombre identificativo que se le daba a esa borrica, es decir, la borriquilla (llamada) "Celosa" o "Ardorosa". Este término ZLELAMUNA es significativamente muy similar (derivado de la misma raíz griega) que el nombre propio personal de esa Zeleoza mencionada en la frase 1 como "hija" o "ahijada" de la donante, que podría ser -por cierto- esa misma "hija" aquí mencionada, sin necesidad de nominalizarla de nuevo al quedar ya perfectamente identificada como la hija de la donante; pero si -como creemos- aquella Zeleoza era más bien "ahijada" de la donante, es decir, hija de un matrimonio anterior de su marido (Gnewa Lavin, e.e., "el hijo de Nizleo"), ésta otra, innominada, podría ser ya una hija posterior y común de ambos; el hecho de que no se mencione su nombre, siendo al parecer hija única de ambos, no sería demasiado extraño, como tampoco lo sería que se hubiera omitido su nombre intencionadamente por razones que no podemos conocer (quizá, por suponer algo, no se llevaba demasiado bien con su madre, la donante). Nótese también que esta "hija" es hija del mismo padre que las muchachas mencionadas en la frase anterior, y por tanto "hermanastra" de ellas.

En el plano fonético y paleográfico, hay que notar que mientras que en el nombre Zeleoza de la frase 1 la dseta griega aparece transcrita como SL, aquí en cambio, en el nombre ZLELAMUNA [zelamúna], aparece como ZL, aunque ello no parece un inconveniente fonético o paleográfico insalvable, tratándose como se trata de la adaptación fonética de un nombre extranjero y teniendo en cuenta que ambas grafías ( Z y S) son en último término representaciones de la sibilante s, sonora o sorda respectivamente.

La última dificultad aparente que presenta la sintaxis de esta frase 4 es precisamente la ausencia de verbo principal, pero está claro que se trata de una frase nominal con verbo implícito y elíptico (no un verbo transitivo -"dejo", "doy"- como en las anteriores, ya que esta frase carece de Complemento Directo, sino más bien un simple verbo copulativo "es" construido con genitivo o dativo posesivo, como es frecuente en otras lenguas indoeuropeas antiguas):

           Para (de) la hija que engendré de ese mismo hijo, (es)
           la borriquilla "Celosa"

El esquema de análisis morfosintáctico quedaría como sigue:
Esquema de análisis morfosintáctico

A mero título comparativo, esta misma frase podríamos expresarla en latín (en un artificioso latín etimológico) más o menos así:

           ( EIUS MEAE )  FILIAE,  QUAM  GENERAVI
           ( AB HOC )  GNATO,  ASINULA  "ZELATA"  (EST)


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La FRASE 5 podemos considerar que comienza con la palabra FELOINA (final de la línea 17 y comienzo de la 18), y terminaría donde empieza la frase siguiente con esa misma palabra (línea 19). La separación de las palabras de esta frase 5, así como su análisis morfosintáctico básico, aparentemente no presenta tampoco demasiadas dificultades:
Esquema de análisis morfosintáctico

La palabra FELOINA, en nominativo singular, es sin duda el Sujeto de la frase. Los signos GN corresponden con total seguridad a la abreviatura del nombre personal masculino GNEWA (ya conocido por la frase 1a y también por la frase 1b, donde aparece esta misma abreviatura GN). Aquí no parece que se trate del mismo individuo anterior (Gnewa Lavin), sino de un tal Gnewa Lerlinia o Lerquinia, que sería el padre de esta "hija" (FELOINA) innominada. Parece bastante probable que la función sintáctica de este nombre masculino sea la de Complemento Nominal del Sujeto ("la hija de Gn. Lerlinia"), aunque no está tan clara la flexión desinencial de genitivo que cabría esperar en este "patronímico" (por lo que parece, su segundo componente -Lerlinia o Lerquinia- no está propiamente flexionado, pero es posible que lo estuviese el praenomen o nombre personal, como el GNEWAYR o GNEWAYOD de la frase 1, aunque aquí -por estar abreviado- no podemos saber si ese primer nombre está o no efectivamente declinado en genitivo). En todo caso, su función de Complemento Nominal del Sujeto es desde luego la más probable (mucho más problemático, en efecto, aunque no imposible, sería considerar el segundo nombre, Lerlinia o Lerquinia, como el nombre de esa "hija", en una traducción del tipo: "La hija de Gn., Lerlinia,...", pues el sufijo -nja es femenino en otras lenguas indoeuropeas conocidas; en ese supuesto, esta hija Lerlinia o Lerquinia lo sería del Gnewa Lavin mencionado en la primera frase).

Otra cuestión dudosa (fonética y paleográfica) es el valor exacto del signo (generalmente con valor fonético [ li ] ), que aquí -por ir seguido del valor vocálico [ i ] ( )- acaso pudiera tener un valor fonético [ qui ], con lo que la transcripción y lectura correcta podría ser no LERLINIA sino LERQUINIA (que además parece que suena más "etrusco", por así decirlo: cf. Tarquinia, etc); pero de momento esa lectura alternativa no deja de ser conjetural (en la frase siguiente veremos todavía otro ejemplo más de ese grupo gráfico , pero faltan ejemplos más contrastables, porque sólo tenemos ejemplos dudosos o in absentia: p.e. la ausencia en este texto de un grupo con valor [ ki ] o [ gi ] ).

La palabra AGNE ya nos es conocida por la frase 1(en el genitivo plural AGNATHEM anteriormente visto), pero aquí parece tener una terminación o desinencia -e que es la usual para el número dual en parte del indoeuropeo. Su significado podría ser: "dos ovejas". Lo que queda entre LERQUINIA y AGNE sería otra palabra, INTEGN o INTEKN, cuya terminación (posiblemente en -a o en -e) suponemos asimilada a la vocal inicial de AGNE y elidida gráficamente. Si no se trata del Verbo de la frase (y no lo parece), se trataría probablemente de un adjetivo o complemento adjetival adyacente. Su significación, bastante conjetural, acaso puede relacionarse con el término griego téknon ("hijo", "cría"), aquí con el conocido preverbio preposicional indoeuropeo IN- , y su traducción podría ser algo así como " con crías" o tal vez "preñadas" (es decir: "dos ovejas preñadas").

Los signos restantes, R ZNL, no ofrecen demasiadas dudas, pues parecen ser la abreviatura de Z(EG)N(U)L ("signo","marca"), que ya hemos visto en frases anteriores, junto con la marca distintiva concreta de esas dos ovejas (R), pues en la penúltima frase también encontraremos una construcción abreviada similar: ZI ZNL (="con la marca ZI").

La frase, en esta interpretación, carecería de verbo explícito, pero en todo caso parece que hay que sobreentender un verbo transitivo implícito deducible por el propio contexto, en rigor el mismo que al parecer encontraremos explicitado en las frases siguientes (no se trata en todo caso de una construcción con dativo o genitivo posesivo, como en la frase anterior, ya que el sujeto poseedor está aquí en nominativo). El significado contextual de ese verbo implícito podría ser algo así como "que tenga", "que se lleve", "que se quede con", o cosa similar (como veremos en las frases siguientes, en las que al parecer ese verbo se explicita). Y la traducción completa (y provisional) de la frase quedaría así:

"La hija (de) Gn. Lerquinia (que se quede) dos ovejas preñadas (o con crías),
con la marca R"

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La FRASE 6 (desde el FELOINA de la línea 19 hasta la palabra inmediatamente anterior al FELOINA de la línea 20) no presenta tampoco grandes dificultades para la identificación de cada uno de los componentes que la forman, pues la repetición del término TESNE en la frase siguiente, los puntos diacríticos separadores entre algunas de estas palabras o el ligero espaciamiento gráfico entre dos de ellas, que parecen ser nombres personales (QUIA y MATENE), permiten una fácil distinción de todas ellas (sin embargo, el análisis morfosintáctico y sobre todo la "traducción" resultan mucho más conjeturales y problemáticas):

           FELOINA   QUIA   MATENE   TESNE   ECA

El Sujeto es FELOINA, como en la frase anterior. La palabra siguiente, , es de transcripción problemática; en principio hemos preferido la transcripción del grupo como QUI (al igual que en el ejemplo de / LERQUINIA de la frase anterior), pero -como en aquella- tampoco podemos descartar una lectura LA o incluso LIYA; en cualquier caso, parece ser un nombre personal femenino, referido a FELOINA y también en nominativo singular. La palabra MATENE conjeturamos que podría ser el patronímico, funcionando sintácticamente como Complemento Nominal (" La hija de Matena, Quia,..."), aunque tampoco se puede descartar que ambos términos formen una misma palabra (QUIAMATENA), sin excluir otras posibles segmentaciones.

La palabra siguiente (TESNE) podría ser el verbo (con posible desinencia verbal -ne de una supuesta forma de imperativo de 3ª persona del singular, o tal vez de una forma de subjuntivo), y basamos esta conjetura en la repetición de esta misma palabra en la frase siguiente, que presenta una distribución fraseológica bastante similar. En tal caso, este supuesto verbo podría estar relacionado quizá con la raíz de la palabra TESIM ("legado", "donación") de la frase 1, que volveremos a encontrar también en la frase siguiente; su significado, aproximativo y muy conjetural (de acuerdo con el propio contexto), podría ser algo así como "que se quede", "que coja", "que tenga", "que acepte", o algo similar. Pero insistimos en el carácter completamente conjetural de esta propuesta (de hecho ni siquiera puede excluirse la posibilidad de que esta palabra pudiera ser un sustantivo -un dual- que constituyese el CD de la frase, quizá unido a MATENE).

La última palabra no es menos problemática: intentamos leerla como ECA [ eka ], suponiendo que la grafía    seguida de    podría tener un valor fonético esporádico de [ k ], aunque en el texto nos siguen faltando ejemplos suficientemente demostrativos y contrastados, y la habíamos relacionado con la forma IKA, , de la frase 1b, considerando que ambas formas podrían ser meras variantes o vacilaciones gráficas de una misma palabra (el supuesto numeral "seis", referido en este caso a las ovejas mencionadas en la frase anterior). Pero la conjetura, como se ve, queda muy "en el aire", pues la lectura del grupo como [ ka ] apenas tiene otros apoyos en el texto, como no sea -muy indirectamente- esa conjetural forma L(A)C de la frase 2, donde sin embargo la C está en posición implosiva en final absoluto de palabra. Otra opción, quizá menos complicada, es leer el signo con su valor habitual de [ z ] sonora: IZA [ iza ], considerando este lexema como un posible pronombre demostrativo o anafórico (tal vez en dual), referido a esas "crías" de las ovejas preñadas citadas en la frase anterior: "que se quede con esas dos (crías)".

La "traducción" de esta frase queda necesariamente muy conjetural, pues no es posible avanzar mucho más allá de los paralelismos fraseológicos formales con las demás frases inmediatas y de cierto sentido contextual general (de hecho es el ejemplo típico de las limitaciones del método comparativo aplicado a frases breves no suficientemente contextualizadas y contrastadas, y que por ello mismo, en principio, casi pueden significar lo que queramos que signifiquen). De manera muy provisional, la dejamos así:

           "La hija de Matena, Quía, que se quede con seis (de esas ovejas)", o bien "...que se quede con esas dos (crías)"

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Sobre la FRASE 7, inicialmente considerábamos que terminaba al final de la línea 22 (en la palabra YIKNOM-KE, cuya conjunción enclítica final KE parece coordinar ese nombre con el que le antecede, RAMNEM, pero no con el que le sigue: LOUIAM); pero a la vista del sentido de la frase siguiente nos ha parecido que esta oración se cierra en realidad (como unidad de segmentación autónoma y completa) hacia el final de la línea 21 (la separación provisional de palabras nos la da precisamente la repetición de algunos términos ya conocidos):

           FELOINA   OURAMO   AURATHELU   TESNE   RAMNE

La traducción, muy conjetural pero bastante segura en su distribución sintáctica, quedaría provisionalmente así:

           "La hija de Aurathel, Oudamo, que se quede con dos cabras"

Los nombres propios son claramente dos. El primero, OURAMO, quizá sea una adaptación de un nombre griego (Oudamos, con vacilación gráfica de D en R), o tal vez se trata de un nombre propio etrusco bastante similar al sustantivo que hemos visto en la frase 1b, OUR(AM), "toro". El segundo, AURATHELU, parece llevar una terminación característica de "ablativo" de origen o "genitivo-ablativo", que ya hemos visto en varias palabras de frases anteriores. El término TESNE sería el supuesto verbo, similar al de la frase anterior. Y la palabra RAMNE (con terminación -e de posible dual) se puede relacionar perfectamente con la palabra RAMNEM de la frase 1b (que vuelve a aparecer también en la frase 8), y le damos el significado conjetural de "dos cabras".

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La FRASE 8 la segmentamos así:

           ZEI  TESN  (=TESIM)  MTEIM (=MITEIM)  RAMNEM YIKNOMKE

Los significados son bastante transparentes, pues el sintagma TESIM MITEIM es idéntico al de la frase 1a ("dejo como legado") y los sustantivos RAMNEM YIKNOMKE (dos acusativos coordinados por la conjunción enclítica indoeuropea KE) constituyen sin duda el Complemento Directo. El término YIKNOM, acusativo singular, es el masculino de YIEKAM ("yegua"), que ya conocemos por la frase 3, equivalente al latín equus ("caballo"). La única palabra problemática de esta frase es ZEI, pero parece bastante verosímil que se trate de un pronombre (anafórico o personal) de 3ª persona de singular, en caso "receptivo" o "dativo" (cf. latín se, sibi) o quizá "genitivo" (lat. sui), y obviamente se referiría al Sujeto de la frase anterior (FELOINA OURAMO). La traducción provisional quedaría así:

"Para ella (le) dejo (además), como legado, un macho cabrío y un caballo"

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Y llegamos ya a la última frase de este texto (o mejor dicho: la penúltima), la FRASE 9, que de modo muy conjetural (pero bastante verosímil y congruente con lo ya visto) hemos segmentado y analizado así:
Esquema de análisis morfosintáctico

La oración explicativa (más bien especificativa) de relativo, introducida por la conocida partícula relacionadora NAKER, parece indudable, a tenor de lo visto en otras frases anteriores similares. El sintagma ZI ZNL es similar también al de la frase 5 (R ZNL) y constituye -como en aquella- una abreviatura de la palabra ZEGNUL (="signo", "marca") que ya vimos en la frase 1b, precedida aquí de la marca o signo en cuestión: ZI (que es precisamente la misma marca que, según la frase 1b, llevaban las seis ovejas y los doce corderos allí citados).

El término AGNENATHEM (con la conocida asimilación gráfica de -M final en -N ante la nasal de la palabra siguiente) es prácticamente seguro en su significación más probable ("corderos"), formado sobre la raíz AGN- ("oveja"); su desinencia parece propia de un caso oblicuo (probablemente un "ablativo" o "instrumental").

Los dos términos restantes son los más problemáticos y su significación es aquí puramente conjetural, pero al mismo tiempo bastante coherente con el contexto y con todo lo visto hasta ahora. LOUAM (quizá mejor transcripción que LOUTAM) es sin duda el Complemento Directo, en acusativo singular; se trata probablemente de una palabra en género femenino, a juzgar por su terminación -am, pero su significado exacto resulta dudoso. En principio, cabe la posibilidad de relacionarla con la raíz latina de luere ("lavar"), lustrum ("sacrificio purificatorio"), lauare ("lavar", "limpiar"), etc, lo cual -por conjetura de contexto- podría traducirse quizá como "lavatorio", "lavadero", o en sentido metafórico-religioso, como "purificación", "sacrificio de purificación" (posterior a un funeral, por ejemplo), o cosa similar. Pero el caso es que hay también, afortunadamente, un nombre latino conocido de una antigua diosa de las expiaciones, llamada Lua (quizá llegada al panteón romano a través de algún pueblo itálico vecino, o tal vez incluso a través de los propios etruscos), y ese nombre -Lua- parece muy cercano a la forma LOUA que aquí encontramos, y que podría ser por tanto el nombre etrusco originario de esa diosa.

La palabra siguiente, que interpretamos como verbo, CUNMUN, conjeturamos que podría ser una forma de 1ª persona del plural (hay desinencias análogas en algunas lenguas indoeuropeas occidentales, como es sabido, p.e. el latín -mus, -mur, o el griego -men), posiblemente perteneciente a un modo verbal imperativo o subjuntivo yusivo. La posibilidad de que esta raíz etrusca esté relacionada con las raíces latinas de coena o cena ("cena") y coenare o cenare ("cenar") es bastante conjetural, pero el hecho de que se hable de "corderos" y de un supuesto acto ritual de purificación o de una diosa de las purificaciones, todo ello dentro del aparente contexto testamentario-ritual-funerario de este texto, nos sirve para completar la conjetura (indemostrable de momento pero bastante coherente con todo lo visto). La traducción provisional quedaría más o menos así:

"Convidemos a (la diosa de las purificaciones) Louia con los corderos que llevan la marca ZI"

(estos corderos -o más bien "corderas"- son los doce mencionados en la frase 1b)

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Nos queda la última palabra del texto, THAREUUME (quizá mejor que THAREUTUME), que conjeturamos que forma una oración independiente constituida por un verbo (por la terminación puede suponerse que se trata de una posible forma de imperativo o subjuntivo en segunda persona del plural). Su significado podría relacionarse quizá con el verbo griego tharréin ("confiar", "tener confianza", "tener ánimo", "animarse", "afrontar", etc), en tal caso tomado tal vez directamente del griego como préstamo lingüístico, aunque sin excluir tampoco que pudiera tratarse de una raíz etrusca común al griego y a otras lenguas indoeuropeas afines. La traducción, que viene muy a punto como fórmula de despedida y cierre final del texto, sería algo así como:

           "¡Tened ánimo!"

Y con ésto hemos terminado la parte introductoria sobre el análisis de estas diez frases completas, cuyo sentido general nos parece ya indudable, aunque estas últimas frases tengamos que resolverlas de momento de forma necesariamente conjetural, provisional y puramente aproximativa.


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Veamos ahora la traducción más o menos definitiva de todo el texto de esta cara A de la estela (ponemos en negrita las partes que consideramos prácticamente seguras y definitivas, en versales las partes más probables pero no confirmadas, y en minúsculas las partes puramente conjeturales o difícilmente confirmables desde el propio texto, y escogemos ya las opciones interpretativas que nos han parecido finalmente las más probables o congruentes).


           "YO, [La]ttiANNA LARELIU[qui]A,
           A LA HIJA DE GNEWA LAviN
           ahijada mía, A LA PELIRROJA ZELEOZA,
           (le) DEJO, como legado recordatorio,
           un chivo, (las) seis OVEJAS QUE TIENEN
           12 CRÍAS (hembras), Y UN TORO-DE-ARAR,
           (respectivamente) CON UNA MARCA GN. L. (el chivo),
           con ZI EN LA PIEL cada una (de las ovejas),
           (y) CON ZI EN EL CUELLO (el buey).

           PARA LA HIJA de AULEMO, ARQUINalcla,
           HE CEBADO personalmente EN MI REGAZO,
           con leche (cuajada) endulzada con miel,
           una punta DE 102 ocas.

           ¡EH, Z(E)LENOÚNYULA!
           Acuérdate de mi VIEJA YEGUA PARA LAS HIJAS
           QUE ENGENDRASTE DEL HIJO de Nizleo,
           ÉSTO ES, (para) MIRAN, Z(i)LILOn (y) PALMITI.

           DE LA HIJA (mía) QUE HE ENGENDRADO DEL HIJO
           de aquél, (que sea) LA BORRIQUILLA "ENCELADA".

           LA HIJA de GN. LERQUINIA, (que se quede con)
           DOS OVEJAS preñadas (con crías), (con la) MARCA R.

           LA HIJA de MATENA, QUÍA, que se quede con esas dos
           (crías).

           LA HIJA de AURATHEL, OUDAMO, que se quede con
           dos cabras; para ésta misma (le) DEJO (además) como
           legado un chivo Y UN CABALLO.

           Convidemos a (la diosa de las purificaciones) LOVIA
           CON LOS CORDEROS QUE TIENEN LA MARCA ZI.

           ¡Tened ánimo! "


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Parece fuera de duda que el texto es una donación de ganado y animales domésticos, realizada por una mujer de mediana edad a una serie de muchachas jóvenes, incluida su propia hija y una posible hija anterior de su marido. Probablemente el contexto de esta donación es de tipo testamentario, dispuesta en vida por la propia donante, que estaba afectada tal vez por alguna clase de enfermedad terminal e incurable y tuvo tiempo para disponer sobre el destino de estos bienes. Las donatarias son, al parecer, nueve muchachas (ocho quizá, si se considera que la hija aludida en la frase 4 pudiera ser la misma que se menciona en la frase 1).

Los legados no son homogéneos, y tal vez su distribución se hiciera de acuerdo con la propia edad de las muchachas. El más sustancioso de esos legados parece ser el destinado a la llamada Arquinalcla, consistente en un rebaño de 102 ¿ocas?. La ahijada o hija de la donante, la donataria llamada Zeleoza, recibe un lote formado por un macho cabrío, ¿seis? ovejas y un toro de labor, y la denominada Oudamo recibe a su vez un macho cabrío, dos cabras y un caballo. Los demás legados parecen puramente simbólicos o testimoniales en relación con su valor material (así, las tres hijas de otra mujer anterior o posterior del marido de la donante, posiblemente niñas de corta edad, reciben una yegua para las tres, y la propia hija de la donante -hermanastra de aquellas- se queda con una borrica).

En el número de animales donados parece haber también cierto simbolismo numérico y ritual (probablemente no casual) en torno al número doce y a algunos de sus múltiplos o divisores. Así, p.e., son seis las ovejas con marca ZI, y doce los corderos con esa misma marca, y hay al parecer dos ovejas de marca R con dos crías, y cuatro cabras -dos machos y dos hembras-; el total de animales que forman estos siete lotes es de 120 animales, descontados doce corderos destinados a un posterior sacrificio funerario, según parece.

Por supuesto que nos faltan datos para suponer que estos legados pudieran ser la base constitutiva de futuras dotes nupciales de las destinatarias, en cuanto que muchachas casaderas, y mucho más para aventurar que en la sociedad etrusca el ganado doméstico (incluso el de propiedad masculina) en algún caso se transmitiera exclusivamente por línea femenina (en el propio texto está claro, por lo demás, que parte de esos animales donados, en concreto el chivo con marca GN L, eran originariamente propiedad del marido de la donante). Con todo, lo más probable es que este tipo de "legados recordatorios", como los llama el propio texto, fueran una costumbre testamentaria habitual en esa sociedad etrusca de esa época, sobre todo entre mujeres.

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A lo largo de las páginas precedentes hemos insistido mucho en el carácter provisional de este ensayo de "traducción aproximativa comparada". También hemos señalado anteriormente el alto grado de cuestionabilidad que suele tener esta clase de aproximaciones semánticas comparativas (sobre todo en textos breves o no muy extensos), en la medida en que a partir de la propia lógica lingüística más o menos indiscutible de una estructura formal determinada, el análisis del contenido semántico, es decir, de las significaciones, presenta en principio infinidad de posibilidades combinatorias más o menos lógicas, y en teoría siempre es posible "encontrar" -aleatoriamente- algún sistema semántico mínimamente coherente (y en realidad puramente ficticio y en absoluto verificable fuera de ese texto) que pueda trasponerse y acoplarse más o menos perfectamente a ese sistema formal básicamente determinado en unos elementos mínimos. En otras palabras: un subsistema formal de signos lingüísticos (una inscripción y su correspondiente transcripción propuesta), limitado y aislado del sistema formal general (el conjunto de inscripciones etruscas en el hipotético supuesto de que éste pudiera llegar a estar transcrito de forma indubitable en todas y cada una de esas inscripciones, que no es el caso), admite en principio una correspondencia formal convencional (que no tiene por qué ser la verdadera y real) con un número infinito de combinaciones significativas o subsistemas semánticos asimismo aislados, y por tanto indemostrables en su veracidad.

Aquí, sin embargo, aparte de la propia coherencia entre -por un lado- el subsistema paleográfico propuesto (aislado y en bastantes aspectos discrepante de las propuestas generales para el conjunto del sistema paleográfico del corpus etrusco) y -por otro lado- entre los subsistemas morfosintáctico y semántico que hemos expuesto, y aparte también de los elementos más o menos seguros de esos subsistemas (que en seguida repasaremos e intentaremos sistematizar y describir más en detalle, a modo de recapitulación final), hay que destacar que este análisis integral ha puesto de manifiesto la existencia indudable de una serie de "elementos recurrentes" de diverso género que prestan una verosimilitud adicional a nuestra propuesta y que al mismo tiempo constituyen una evidencia de coherencia en nuestra trasposición textual, que está más allá del cálculo de probabilidades de veracidad de cualquier otra propuesta de sistematización lógicolingüística que no los tuviere.

He aquí los principales de estos "elementos recurrentes" en el texto que nos ocupa:

  • Disimilación gráfica de -M final de palabra en -N ante la M inicial de la palabra siguiente, o asimilación de esa -M final en -N ante N inicial siguiente: rutelian por ruteliam (línea 4); tesn por tesm (línea 4); agnathen por agnathem (línea 5); yiekn por yiekm (línea 13); agnenathen por agnenathem (línea 24); los ejemplos son demasiados para atribuirlos al puro azar combinatorio y evidencian en cada caso unas determinadas formas desinenciales que son las esperables en una lengua indoeuropea de estas características.
  • Aparición en la frase 1a de un nombre personal (mejor o peor transcrito aquí como Gnewa Lavin) cuyas iniciales , GN L, aparecen en otra de las frases posteriores (frase 1b) con relación a una determinada marca de ganado (la abreviatura GN se repite también en la línea 18, al parecer como praenomen de otro nombre personal); estas repeticiones evidencian que la transcripción GN de los signos es seguramente la correcta, como lo confirman también algunas palabras del texto con ese mismo grupo gráfico y cuyos significados son por lo demás cuasitransparentes: yikn, "yegua", o yiknom, "caballo".
  • Aparición, en frases diferentes (línea 19 y línea 24), de un sintagma abreviado (.....ZNL) que con toda seguridad constituye una abreviatura de la palabra Z(EG)N(U)L (latín signum, "signo", "marca") de la línea 7, referido en todos los casos a unas determinadas marcas de ganado.
  • Partícula relacionadora NAKER, repetida en cuatro frases distintas (líneas 5 ,15, 16 y 24), en todas ellas con indudable valor relacionador explicativo o especificativo.
  • Conjunción copulativa enclítica indoeuropea -KE o -KE (en latín -que), que aparece en las líneas 6 y 22 como indudable partícula copulativa, unitiva de sustantivos.
  • "Ley fonética" de desaparición de -g- intervocálica (EU < *egu; YULARU < *yugularu), que explicaría también la ausencia de -g- intervocálica en todo este texto y refuerza nuestras opciones interpretativas sistemáticas del signo como [ k ], no como [ g ], en posiciones intervocálicas.
  • "Ley fonética" de relación o correspondencia entre la vocal breve tónica de determinadas palabras del texto y la breve tónica del latín: FELOINA - filia ; RUTELIA - rutila ; ¿METEIM - mitto? ; ZEGNUL - signum ; ZENU - sinus ; GEGNU -gigno; las aparentes excepciones se dan en realidad tan sólo en vocal E no acentuada (o en vocal larga) o entre dos sonantes (cf. GENELIM - generavi ; MLLIS - ml).
  • "Ley fonética" de correspondencia de la L etrusca con la R latina en determinadas posiciones(MUMLERI - memorari ; GENELIM - generavi).

Se trata, por tanto, de elementos que difícilmente pueden ser considerados como meras coincidencias casuales dentro del amplio campo de las probabilidades coherentes y lógicas en este tipo de textos, y evidencian de modo objetivo realidades paleográficas, fonéticas, morfológicas, sintácticas y semánticas realmente presentes en el propio texto. Pero, además de estos elementos más evidentes o mejor contrastados internamente, hay también una serie de elementos morfosintácticos y semánticos que ahora repasaremos más sistemáticamente y que en líneas más generales confirman la validez de conjunto, cuando no de detalle, de nuestra propuesta provisional de traducción (aunque su confirmación definitiva dependerá en muchos casos de una detenida comprobación de los mismos en otras inscripciones, correctamente transcritas, del enorme corpus etrusco existente).

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Lo primero que este análisis morfosintáctico y semántico del texto nos ha confirmado es la propia validez general de nuestra transcripción inicial, puesto que es la transcripción la que en primer término nos proporciona la base fundamental para una interpretación coherente de todo el texto en la interrelación de sus diversos niveles gramaticales (fonético, morfológico, sintáctico y semántico). Persisten todavía, sin embargo, algunas dudas gráficofonéticas de detalle, aunque en general no son de gran relevancia para las cuestiones de interpretación gramatical. Aparte de algunos signos o combinaciones gráficas más o menos dudosos que ya hemos comentado (grupos TT = ¿[ ti ]?; DIU o LIU =[ yu ]; SL, ZL), una de las dudas principales es la grafía en su doble valor de sibilante sonora [ z ] o de velar sorda [ k ], dependiendo de los sonidos vocálicos inmediatos: CU [=ku]: culliu, oilim-cuna; -C [=k]: l(a)c. Las variaciones gráficas para la velar sorda-sonora, según el sonido vocálico siguiente, es característica de gran parte de las variantes alfabéticas de las inscripciones etruscas, que pasaron también al alfabeto latino primitivo (con su conocida confusión entre C y G); en este mismo texto, el signo con valor velar se alterna con el signo , también con dicho valor, aunque no sabemos hasta qué punto esa utilización pueda ser siempre sistemática para las combinaciones ( ) c + u (labiovelar) y ( ) c + a, ( ) c + e, ( ) c + i, c + n : así, encontramos, p.e.,  (ke, tal vez mejor que ke); (naker ); (genelim); (ika o ica); (gegnu); (agne); (Gnewa-); (yiekn); (yiknom); (ek).

Más problemática, a tenor de ese doble valor fónico del signo (velar o sibilante sonora) es la combinación gráfica y su valor fonético en las diferentes combinaciones en que aparece, especialmente en principio de palabra, y seguimos sin saber cómo deben leerse palabras como (=¿Zenounyul?, ¿Clenounyul?, ¿Zelenounyul?); (=¿Nizei?, ¿Niclei?, ¿Nizlei?); (=¿Zelamuna?, ¿Clelamuna?), o (=¿Ziloi?, ¿Cliloi?, ¿Zililoi?), aunque provisionalmente nos inclinemos por leerlas con [ z ] o [ dz ] en varios de estos casos.

Otro fenómeno fonéticográfico, el de la epéntesis o intercalación vocálica (o más propiamente: la supresión gráfica de determinadas vocales que se dan por sobreentendidas en la lectura), tiene amplia representación en este texto, y en todo caso es indispensable para la articulación correcta de no pocas palabras, entre otras: t(a)lmunam, mum(u)leri, al(i)mamunem, l(a)c, M(i)ran, m(e)teim (quizá mejor que miteim, por lo menos en lo que respecta a la correspondencia regular entre la breve tónica etrusca y la breve tónica latina, según hemos visto). Pero no hay datos suficientes para suponer la existencia de supuestas vocales relajadas ultrabreves (tipo "schwa" indoeuropeo), tal como postulan algunos con respecto a la llamativa ausencia de algunas vocales en bastantes palabras de otras muchas inscripciones etruscas conocidas, ni tampoco para deducir sin más la existencia de un fuerte acento de intensidad inicial en esas palabras.

Entre los hechos fonéticos regulares de correspondencia ("leyes fonéticas") más destacables, aparte de las ya mencionadas (desaparición de -g intervocálica y correspondencia regular entre la breve acentuada etrusca y la breve acentuada latina) y aparte la estabilidad general del consonantismo del etrusco de este texto en relación con el consonantismo latino, del que no difiere en lo sustancial, hay que señalar -p.e.- las correspondencias generales entre la -u final etrusca y la -o final latina, así como entre el diptongo etrusco ou y los diptongos latinos arcaicos eu, ou (luego u).

Por lo demás, en este texto al menos, no se evidencian ni confirman tampoco (aunque tampoco se invalidan del todo) ninguna de las hipótesis fonológicas más extendidas sobre la lengua etrusca de las inscripciones, sugeridas a veces por transcripciones claramente erróneas de algunos signos, ni hay rastro de la velar aspirada [ kh ] o de la palatal sorda [ ] supuestamente identificadas en otras inscripciones.

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Los datos sobre la flexión nominal tampoco coinciden demasiado con las hipótesis etruscológicas al uso sobre la declinación etrusca: supuesta indistinción primitiva de género masculino y femenino (según la conocida hipótesis sobre el protoindoeuropeo); supuestos nominativos singulares y acusativos indefinidos sin flexión propia; supuestos nominativos plurales en -(u)r ; supuestos acusativos definidos en -eni (singular) y en -eri (plural); supuesto locativo en -ethi; supuesta inexistencia de una flexión propia para el dativo o el ablativo, etc.

Por el contrario, los datos de este texto, aunque necesariamente parciales e incompletos, nos muestran inequívocamente una flexión o terminación temática en -a para los nominativos singulares femeninos (en apariencia coincidente con la de los neutros indoeuropeos en plural) y en -am para el caso "objetivo directo" o "receptivo indirecto" singular femenino ("acusativo" y "dativo" en la terminología tradicional), y en -im, -em, -om para el singular masculino. La cuestión de la existencia o inexistencia de un caso dativo o receptivo tampoco está del todo clara: tenemos, p.e., una forma feloinathu, que en realidad tanto podría ser de dativo como (más probable) de genitivo singular, pero encontramos también una forma feloinathin que parece inequívocamente de dativo o receptivo plural, y en principio hay que pensar, a la vista de algunos de los ejemplos anteriormente vistos en el análisis sintáctico de algunas de las frases transitivas de este texto, o bien en un supuesto uso del llamado "doble acusativo" con verbo transitivo, o bien en una indistinción morfológica acusativo/dativo en singular ("objetivo directo"/ "receptivo indirecto" en nuestra propuesta terminológica), no sabemos si generalizada o sólo en determinados sustantivos en singular.

Respecto a esa desinencia - de genitivo singular hemos de señalar que es posible que tengamos en el texto otros dos ejemplos más (aparte del ya citado de feloinathu y de Nizle), que en el análisis previo se nos habían pasado por alto al considerar tan sólo una determinada segmentación: así, el término matene, en la línea 19 y frase 6, podría incluir también la letra de la palabra siguiente, y por tanto -al ir en final absoluto de palabra- esa se tendría que leer como [ ], no como la [ t ] de otras posiciones: Matene (="de Matena); otro caso similar lo tenemos en la frase 7, donde la segmentación FELOINA OURAMO AURATHELU TESNE ("La hija de Aurathel, Ouramo, que se lleve...") podría resolverse quizá como FELOINA OURAMO AURATHELU  ESNE (la traducción no varía en ambos casos, pero se nos descubre claramente esa terminación - o -u como terminación inequívoca de genitivo singular).

El caso locativo-instrumental (expansivo circunstancial), en singular, lo tenemos bien documentado en la terminación desinencial en -u (quizá también en -o): culliu, yularu, zenu, gnasu, laro. La flexión de un posible genitivo (especificativo relacionador nominal), de singular, en - o -i, parece clara, independientemente de los ejemplos afectados por esas problemáticas alternativas de segmentación antes mencionadas, y también la de genitivo de plural en -them, al parecer común con la de ablativo o expansivo plural (p.e. en la palabra agnenathem); hay otra desinencia de genitivo singular masculino, -yr, o quizá -y(u)d o -y(u)r (en otras inscripciones etruscas parece haber una desinencia de nominativo o de genitivo singular de nombres masculinos en -(o)ur, tal vez análoga a la terminación -yr de este texto).Y parece que tenemos identificado asimismo un posible dual indoeuropeo en -e (agne ="dos ovejas"), y quizá también en -a (eza ="esas ¿dos?"), aunque las respectivas frases en que aparecen son de por sí bastante dudosas en su sintaxis y morfología exactas.

El cuadro general, necesariamente provisional e incompleto, de la flexión nominal de la lengua de este texto quedaría más o menos como sigue (utilizamos los nombres de nuestra propuesta terminológica: caso subjetivo= nominativo; caso objetivo= acusativo; caso receptivo= dativo; caso especificativo= genitivo; caso expansivo= ablativo-instrumental-locativo):

Esquema de análisis morfosintáctico

De los pronombres tenemos pocos datos, y además poco o nada contrastables: un pronombre personal de 1ª persona de singular en nominativo (eu) y en genitivo o ablativo singular (em, emmi), y dos supuestos pronombres anafórico-deícticos de distinta raíz (cf. latín se, sui, sibi, y ipse, ipsa): en caso dativo-receptivo en el final de la línea 21 (sei ="para ésta", "a esta misma") y en caso acusativo-objetivo (iza); tenemos además un claro pronombre relativo-demostrativo en caso acusativo-objetivo plural femenino (oas, o quizá oasa, pues no está tan clara su segmentación con respecto a la palabra siguiente). Y tenemos asimismo una partícula invariable de carácter relacionador (asimilable al pronombre relativo) que podemos dar prácticamente por segura, con alguna duda sobre la verdadera transcripción de su consonante final (naker).La existencia en la frase 1b de una forma de pronombre distributivo (en), por el contrario, resulta más conjetural, aunque bastante verosímil.

También es segura la identificación de dos preposiciones indoeuropeas (ek, es), a veces pospuestas a su régimen, como asimismo es bastante segura la interjección (o marca de vocativo) -oe, y sobre todo la conjunción copulativa enclítica de origen indoeuropeo -ke (latín -que, celtibérico -cue, etc); finalmente hemos considerado más verosímil para esta conjunción la lectura de la forma gráfica como [ ke ], no como [ ke ], puesto que en este último supuesto parece que hubiera debido expresarse gráficamente como  [ ke ], según lo que ya conocemos sobre la grafía de la labiovelar sorda.

En cuanto a la flexión verbal, no es mucho lo que tenemos, aparte de una posible 1ª persona de singular de presente en -eim, en el verbo meteim, o de pasado perfectivo en -im (también de 1ª pers. sing.: genelim), o de otra posible forma de 1ª pers. sing. (o quizá plural) de pretérito en -(amun)em (alimamunem), otra de posible 2ª persona del singular de pretérito en -u (gegnu o quizá agegnu), otra bastante segura de imperativo de 2ª pers.sing. en -e (mumle), otra más hipotética de imperativo de 3ª pers. sing. en -ne (tesne o esne, según las posibilidades de segmentación), y otra muy hipotética de imperativo de 2ª pers. de plural en -ume (thareuiume), y  finalmente  una  de  supuesta  1ª persona  de  plural  de  subjuntivo  o imperativo  en -mun (cunmun).  La forma  participial declinable  -muna  de  singular  femenino   (cf. griego -menos, -mena, -menon) parece también prácticamente segura.

La sintaxis oracional es bastante sencilla, y se resuelve en oraciones autónomas sin subordinación (excepto varias oraciones de relativo). Se trata de oraciones transitivas típicas y de algunas oraciones de tipo nominal, que van sucediéndose a lo largo del texto con un total de una decena de oraciones principales, en las que se van alternando verbos de primera persona con verbos en imperativo y con frases nominales.


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Por último, en lo relativo a los aspectos semánticos del análisis, tenemos más de una treintena de términos, todos ellos de indudable origen indoeuropeo, cuya significación podemos considerar prácticamente segura. Seleccionamos a continuación, a modo de "glosario mínimo", una veintena de los más destacables. Abreviaturas: adj. (adjetivo), conj. (conjunción), dim. (diminutivo), espec. (especificativo= genitivo), expans. (expansivo= circunstancial), f. (femenino), F. (formas documentadas en el texto), gr. (griego), interj. (interjección), invoc. (invocativo= vocativo), lat. (latín), locat. (locativo), m. (masculino), n. (neutro), objet. (objetivo= acusativo), partíc. (partícula), pers. (persona), pl. (plural), prep. (preposición), pres. (presente), pret. (pretérito), pron. (pronombre), recep. (receptivo= dativo), sing. (singular), subjet. (subjetivo= nominativo), tr. (transitivo), v. (verbo).


           AGNA ¿-ATHUI? f. : OVEJA (lat. agnus)
           F.: objet. dual (?), agne; espec./expans. pl., agnathem

           AGNENA ¿-ATHUI? f. : CORDERA, CORDERILLA
           F.: espec./expans. pl., agnenathem

           ASNINA ¿-ATHUI? f. dim.: BORRIQUILLA, BORRICA, BURRA
           (lat. asina, asinula)
           F.: subjet. sing., asnina

           CULLI(US) : PELLEJO, PIEL, CUERO (lat. cullius)
           F.: expans. sing., culliu

           EK prep. de expans. locat.: EN, SOBRE (lat. ex)

           ES prep.: CON, DE (gr. es)

           EU pron. personal. 1ª pers.: YO (lat. ego)
           F. subjet. sing. f., eu

           FELOINA -ATHUI f. : HIJA (lat. filia)
           F. subjet. sing., feloina; ¿subjet. pl., feloinai?;
           objet./recep. sing., feloinam; espec. sing., feloinathui;
           recep. pl., feloinathin

           GENEL- v. tr. : ENGENDRAR (lat. gener-are)
           F. 1ª pers. sing. pret., genelim (=lat. generavi)

           GNAS(US) m. : HIJO, VÁSTAGO (lat. gnatus, "nacido")
           F. expans. sing., gnasu

           -KE conj. copulativa enclítica: Y (lat. que)

           MET- v. tr.: DEJAR, LEGAR (lat. mitt-ere)
           F. 1ª pers. sing. presente, meteim (=lat. mitto)

           NAKER partíc. de relativo: QUE, LA QUE, LAS QUE,
           ES DECIR, ESTO ES

           OE interj. (o marca de invocativo, pospuesta al nombre): ¡EH!
           ¡OYE! (lat. ohe; umbro oe)

           RUTELIA adj. f.: RUBIA, PELIRROJA (lat. rutila)
           F. objet. sing., ruteliam

           SEGNUL dim.: MARCA, SIGNO, SEÑAL (lat. signum, signulum)
           F. expans. sing., segnul(u)

           SEN(US) : SENO, REGAZO (lat. sinus; umbro z(e)nu, ablativo)
           F. expans. locat. sing., senu

           YIEK(A) f.: YEGUA (lat. equa)
           F. objet. sing., yiek(a)m

           YIKN(US) m.: CABALLO (lat. equus)
           F. objet. sing., yiknom

           YULAR : CUELLO, PESCUEZO (lat. iugulum)
           F. expans. locat. sing., yularu

Se detectan también, como ya hemos visto, posibles "préstamos lingüísticos" directos de la lengua griega en vocablos como tesim (gr. thésis), palam (gr. palaiá) y quizá thareuiume (gr. tharreite), así como en determinados nombres de persona de indudable origen helénico: Zeleosa y Zelamuna (gr. Zelousa), Oudamo (quizá transliterado con r alveolar, Ouramo, gr. Oudamos), Aulemi (gr. Aulemos). Y hay, por último, casi una veintena de nombres personales bastante variados y de lectura más o menos problemática en muchos casos, pero cuyo carácter onomástico está fuera de toda duda.

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En resumen, este análisis integral ha demostrado, de forma que creemos irrefutable en líneas generales, que la lengua de este texto es claramente una lengua indoeuropea e itálica. La cuestión es: ¿se trata realmente de una lengua "etrusca", o no será más bien alguna lengua itálica no identificada, alguna variante dialectal de la lengua umbra o de otra lengua itálica indoeuropea más o menos afín? Las afinidades con el osco-umbro, y en concreto con el umbro que se conoce de las llamadas"Tablas Iguvinas", son esporádicas (v.gr. ablativo en -u, algunas coincidencias de léxico, y poco más) pero muy poco profundas en realidad, quizá incluso menores que las que presenta con respecto al latín. Suponer que estamos ante otro grupo itálico indoeuropeo hasta ahora desconocido, es llevar las suposiciones demasiado lejos seguramente. Pero, si la lengua es verdaderamente etrusca, desde luego no se trata de una lengua más o menos "indoeuropeizada" por contacto (como se supone en general para el etrusco de las inscripciones), sino de una lengua flexiva genuinamente indoeuropea en su estructura y en su léxico.

Dado el estado actual de desconocimiento y confusión sobre los textos etruscos disponibles, es difícil encontrar ("a simple vista", por así decirlo) afinidades y similitudes con la lengua o lenguas de esas inscripciones que hemos dado en llamar "etruscas", pero -en líneas generales- el parecido lingüístico parece evidente, por lo menos hasta donde las transcripciones erróneas o defectuosas, que al parecer son mayoría, no oscurecen ni distorsionan la comparación (ya hemos señalado a lo largo del análisis algunas de esas similitudes sobre lecturas que consideramos más o menos "correctas"). Pero el camino correcto en la definitiva interpretación de todas y cada una de esas miles de inscripciones etruscas no ha hecho más que empezar, y aquí sólo hemos recorrido una parte relativamente corta de ese camino, aunque una parte decisiva sin duda, pues nadie podrá negar ya -con rigor y honestidad intelectual- que la comprensión cabal de la "lengua de la cara A de la estela de Perusa" ha avanzado considerablemente con respecto a otros intentos y suposiciones anteriores realizados sin demasiado fundamento y sin verdadero apoyo en análisis lingüísticos comparativos y detallados.

Varias cosas son aquí claras y evidentes: la lengua de este texto es indoeuropea itálica, el texto resulta perfectamente inteligible desde esa evidencia y constatación, y nuestra "aproximación de sentido general" es completamente válida en líneas generales, por mucho que haya que confirmar todavía muchas de nuestras conjeturas aproximativas y revisar y contrastar al detalle todos y cada uno de los elementos que este análisis provisional ha puesto al descubierto. A otros lingüistas más preparados, y más objetivos, les dejamos y les recomendamos esa tarea.

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